Una mamografía basta para que un sistema de deep learning desarrollado hace dos años en el prestigioso MIT, establezca el riesgo de una paciente de sufrir en el futuro un cáncer de mama. Se trata de un sistema inteligente que actúa con efectos consultivos, y que permite al personal médico realizar un seguimiento más completo a pacientes a quienes se les detecta un gran riesgo de padecer este tipo de cáncer.
El algoritmo ha sido ‘alimentado’ con una amplia muestra de conjuntos de datos, incluyendo la diversidad racial para no crear sesgos en la detección. Un dato a tener en cuenta en este aspecto, según el artículo del sitio web SciTechDaily, es que las mujeres negras tienen un 43% más de posibilidades de morir de cáncer de mama que las mujeres blancas.
El algoritmo, bautizado como Mirai, ha sido ampliamente probado en varios hospitales de tres continentes (América, Europa, y Asia), y ha demostrado resultados consistentes en todas las pruebas realizadas en todos los lugares del mundo.
Para calcular las probabilidades de sufrir cáncer de mama, el sistema Mirai tiene en cuenta incluso la marca y el modelo de la máquina con la cual se ha llevado a cabo la mamografía, pero no solamente se basa en el análisis de esta, sino que también acude al historial familiar al respecto (en el caso de que exista y esté disponible), y tiene en cuenta factores como la edad de la paciente, su peso o factores hormonales.
A partir de aquí, los planes del equipo de desarrollo del MIT que ha creado Mirai pasan por ampliar el número de conjuntos de datos (datasets) con los cuáles entrenar el modelo, para la cual cosa esperan contar con acuerdos de colaboración con más hospitales repartidos por todo el mundo.