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Carta abierta a los adalides europeos de la Competencia

Escrito por Fermín Marquina el 24/05/2016 a las 18:57:06
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(Consultor en Queland Consulting)

Una de dos, o no nos enteramos o no queremos enterarnos: El problema no es el móvil, y mucho menos en el ámbito nacional, sino que no se hayan aprovechado las rentas del móvil para consolidar alternativas 1- convergentes y 2- con dimensión europea.

 

Estas asignaturas se saldan a día de hoy con sendos clamorosos suspensos en Europa:

 

1- Por supuesto, en lo geográfico: no iban a ser las telecomunicaciones distintas al resto de los problemas del "No Mercado Único".

 

2- Pero también en el ámbito de la convergencia de tecnologías en el que, habiendo tenido la oportunidad de orientar las abundantes rentas generadas por el móvil (no tanto ahora como durante un largo periodo de entre 15 y 20 años) para consolidar operadores europeos convergentes, impulsando el despliegue de redes alternativas independientes de nueva generación, en la mayoría de los casos seguimos todavía sin infraestructuras que puedan dar réplica a los operadores fijos históricos de cada país.

 

Estas consideraciones, que son válidas como análisis de situación general de las telecomunicaciones en Europa, merecen algunas matizaciones si profundizamos en el ámbito nacional, en particular en relación con el suspenso de la convergencia:

 

Por un lado, nos encontramos con excepciones como el caso español, aunque algunos no quieran admitirlo y hasta se empeñen en poner zancadillas para que nuestro país no brille con luz propia dentro de la mediocridad europea. Afortunadamente, durante unos años hemos contado con unas condiciones de contexto en España que han propiciado la existencia de hasta tres redes fijas de nueva generación independientes en un amplio porcentaje del mercado nacional. La precipitación en solucionar problemas hoy inexistentes podría condicionar el nivel de despliegue de estas redes alternativas, pero esto no quita ni un ápice al éxito de lo ya conseguido.

 

En el otro extremo, nos encontramos prácticamente a casi todos los demás países europeos, siendo paradigmática -¡Qué casualidad!- la situación del Reino Unido. Su regulador (OFCOM) ha vendido durante años "su" inefable "Separación Funcional o Estructural" como la solución a la competencia del sector de las telecomunicaciones en toda Europa, escondiendo que su objetivo principal no era otro que ayudar al operador histórico (BT) a corregir sus errores estratégicos (abandono de la tecnología móvil ya desde los años 90 del pasado siglo) y sus problemas económico- financieros (fondo de pensiones, exceso de plantilla, etc.), posibilitando su consolidación como prestatario prácticamente único de infraestructura a nivel nacional en un mercado de 65 millones de habitantes, que no está nada mal.

 

El éxito salta a la vista: hoy, BT conserva su cuasi- monopolio de red (también en redes de nueva generación) y ha pasado de consolidable a consolidador, lo que le ha permitido adquirir al operador móvil Everything-Everywhere, liderando de nuevo las telecomunicaciones en el Reino Unido. - ¿Del mercado fijo? ¿Del móvil? - No. Del mercado convergente.

 

Eso sí, a la hora de hacer grandes declaraciones políticas sobre Europa, hablamos de la necesidad de un mercado único, de que si estamos retasados en el despliegue de redes de nueva generación respecto a nuestros pares (y competidores) asiáticos o americanos...

 

Por el bien de Europa, confiemos en que a nuestros Comisarios- jefes se les ocurra algo más que el blindar las empresas europeas a golpe de leyes o de regulación (aunque sea para intentar conseguir un “No- Brexit”), como acaban de hacer con el veto de la compra de O2 por Hutchinson. De momento, no se atisban razones para ser muy optimistas, pero intentaremos no desesperarnos.

 

Fermín Marquina

Queland Consulting, S.L.

12 de mayo de 2016