Las energías renovables (II)Escrito por Joan Gil el 26/11/2013 a las 10:09:294270
(Coordinador del grup de treball d'energia i TIC de Telecos.cat) En el primer artículo, publicado el pasado 2 de octubre se habló del modelo energético actual -basado en las energías fósiles-, su inviabilidad a largo plazo y la necesidad de las energías renovables como mejor alternativa. En este artículo se hablará del papel de las energías renovables en el modelo energético actual y su futura evolución.
Según datos de IDAE (Instituto para la Diversificación y Ahorro de Energía) en el año 2012, del total de la energía primaria consumida en España, el 12,3% fue de origen renovable, muy lejos todavía del objetivo “20-20-20” propuesto por la CE para el año 2020 (20% renovables, 20% reducción gases efecto invernadero, 20% incremento eficiencia energética).
Siguiendo con las mismas fuentes y centrándonos en la energía final (la que usa el consumidor), observamos que se reparte de la siguiente forma: 51,1% derivados del petróleo, 17,4% gas natural, 15,6% electricidad de origen no renovable, 7,3% electricidad de origen renovable, 7,1% térmica renovable y 1% carbón. Si miramos por sectores, el transporte supondría el 39% del consumo, la industria el 31% y el sector residencial el 17%.
Estos datos nos dan una visión de donde hay que actuar para llegar al objetivo 20-20-20 e ir más allá, no solo en el uso de energías renovables, sino también en las medidas de ahorro y eficiencia energética.
Ya se han ido haciendo esfuerzos en eficiencia en el sector industrial, donde se reflejan directamente en la cuenta de resultados, aunque tarde se empiezan a hacer en el sector residencial, y aún queda mucho recorrido en la utilización de energías renovables para la generación de calor y para la generación eléctrica, pero el mayor potencial para la mejora de la eficiencia energética, reducción de CO2 y uso de renovables está en el sector del transporte.
Hablaremos de micro-generación y de transporte. La primera consiste en la generación eléctrica con renovables o por cogeneración para autoconsumo, la electricidad se produce allí donde se consume, evitando las pérdidas asociadas a su tránsito por las redes de transporte, y puede ser rentable sin necesidad de ayudas del Estado, pero no se desarrolla por falta de un marco legal que permita la conexión a la red eléctrica y el “balance neutro”. No se entiende la demora de años en su desarrollo, que crearía numerosos puestos de trabajo, evitaría emisiones de CO2 y ahorraría divisas.
En cuanto al transporte, su eficiencia energética y el uso de energías renovables pasa por su electrificación, no solo porqué buena parte de la electricidad usada proceda de fuentes renovables, sino también por el mayor rendimiento del motor eléctrico con respecto al de explosión (90% vs 25%), por lo cual se produce una doble reducción de las emisiones de CO2. Pero las medidas en el transporte no se acaban aquí, hay que apostar decididamente por el transporte público, el tráfico de mercancías por ferrocarril, consumo de productos de proximidad y un urbanismo más sostenible (que reduzca los desplazamientos), como medidas de ahorro energético.
El uso de biocombustibles en el transporte es desaconsejable por los siguientes motivos: los cultivos energéticos requieren mucha extensión de terreno y mucha agua, compiten por estos recursos con los cultivos para alimentación, y todo ello para ser usados en motores poco eficientes (25%).
Finalmente, el impacto de la micro-generación y la electrificación del transporte en las redes eléctricas, sobre todo de media y baja tensión, será tan grande que sin duda van a sufrir una fuerte transformación, evolucionando hacia las redes inteligentes o “smart grids”. En un próximo artículo hablaremos de ello.
Joan Gil i Sans
Coordinador del Grup de Treball d’ Energia y TIC del CETC (Col•legi d’Enginyers de Telecomunicació de Catalunya).
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