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Barcelona no te pongas guapa, sé la que eres

Escrito por tecnonews el 14/09/2011 a las 18:24:45
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Ser capital de algo no es un mero título que se consiga en la administración. Ser capital de algo es una tarea de largo recorrido que se consigue con esfuerzo y perseverancia.


Pongamos un ejemplo fácil de visualizar:
 

Nueva York es la primera ciudad del mundo. Los que han tenido la suerte de haber viajado a ese lugar, sabrán como se debían sentir los viajeros del  siglo I cuando pisaban Roma o los artistas que se trasladaban al París del XVIII o al Londres de XIX.
 

En la Gran Manzana todo es opulencia y magnificencia y uno entiende en menos de un segundo que se encuentra en la primera ciudad del mundo, en la capital del planeta tierra.
Contradictoriamente, el centro del universo no es capital de nada. Ni de su región ni de su país ni de ningún continente. En este caso claramente vemos como la ciudad de los rascacielos consigue convertirse en la capital mundial tan sólo con su esencia y esfuerzo, la lucha de millones de seres que han trabajado para que la Nueva York americana sea lo que es hoy en día.


Mal que le pese a algunos Barcelona es la capital de una región que no sale delimitada en los mapas. Es probable que en ese centro del que acabamos de hablar, la ciudad catalana suene a nombre chino para muchos. Sí, las olimpiadas, Ferrán Adrià… pero la ciudad condal puede aspirar a mucho más.
Y la suerte (que en este caso es acumulación de mucho esfuerzo) ha dado una oportunidad de oro para la tierra bañada por el mar mediterráneo.
 

Barcelona se ha convertido por una vía administrativa, es decir un concurso con otras ciudades, en la ciudad que albergará el gran congreso mundial de la telefonía durante siete años.
El primer trámite ya está hecho: todo el mundo llamará a esa ciudad, capital, o sede o centro de la telefonía móvil. Ahora queda un segundo paso, merecer ese título mostrando al mundo las cualidades de dicha ciudad. Y créanme, no se trata de enseñar al resto del mundo lo bonita y perfecta que puede ser una urbe, sino dejar ver la esencia y carácter de ésta, nuestra ciudad. Incluso la fealdad de algunos edificios sucios, es el carácter heredero de la historia industrial de la ciudad.
 

La varita de la fortuna ha dado un toque a la ciudad condal. Es capital de uno de los mayores mercados y más en auge del mundo. Ahora los habitantes de esa ciudad debemos estar a la altura de las circunstancias.