Cuando de pequeños o quizás ya mayores, veíamos o leíamos algunas de aquellas historias futuristas, pensábamos en todo lo que traspasaba nuestros sentidos como en algo irreal, propiedad del futuro.
Muchos de aquellos mitos de la ciencia ficción fueron tomados por la ciencia a secas y se convirtieron en realidades no ficticias. Todo el mundo expresaba su sorpresa cuando el hombre llegaba a la luna o cuando se desarrollaba el primer ordenador.
Pues bien, la humanidad –y permítanme ser un tanto mesiánico- ha llegado a un nuevo estadio. Las nuevas tecnologías, antes sacralizadas por la vara de lo irreal y lo impensable, han tomado un nuevo cariz en nuestras sociedades hasta convertirse en una realidad tan o más ineludible que un árbol en la cima de un monte.
¿Estamos pues en frente de un nuevo paradigma en lo que a NNTT? Desde aquí queremos asumir que sí. Para reforzar nuestra opinión vamos a dar un par de ejemplos.
El primero es el del teléfono móvil. Mientras al inicio este objeto estaba sujeto a las leyes del consumo de lujo y la exclusividad, ahora se ha convertido en algo indispensable. Además ya no tan sólo se valora su funcionalidad. Ahora son importantes el diseño y el número de aplicaciones dimanantes del aparato. Sería un caso a la par al de la arquitectura. En tanto que las casas fueron asumidas por el género humano, dejaron de ser lugares en los que pernoctar para convertirse en bienes de consumo diferenciables.
El segundo caso y que nos muestra nuestra interiorización de las NNTT es el estreno mundial de la película Redes Sociales. A nadie le parece extraño que algo como una red social se haya convertido en cultura y, por lo que dicen los críticos, en arte. Hemos asumido que el Internet social es algo tan inmanente en nuestras sociedades que lo hemos elevado a la categoría de normal y lo hemos convertido en algo probablemente convertible en cine.
En nuevamente una comparación, es como si la imprenta de Gutenberg dejara de ser un artificio tecnológico para convertirse en algo de lo cual se pueden hacer libros.
En realidad y en conclusión sólo queda un paso: que esa misma tecnología se convierta en plataforma de cultura y arte. Para que se entienda, la última expresión de la implantación de algo sucede cuando Facebook realiza una película sobre sí mismo y los canales de difusión son la propia red social. Algo así como el caso de la imprenta en la que existen libros sobre la imprenta impresos con la misma imprenta.
Es por este motivo que tal vez debamos dejar de utilizar el adjetivo de novedad cuando nos refiramos a las NNTT. Nuestra propuesta es: Tecnologías contemporáneas. Se admiten discusiones y propuestas.
