Actualizado el 19/11/2024

icon Facebook icon Twiiter icon RSS icon EMAIL
  1. Portada
  2. >
  3. Editoriales
  4. >
  5. Contra el paro, el movimiento (ojo! de moverse...)

Contra el paro, el movimiento (ojo! de moverse...)

Escrito por Tecnonews el 02/02/2011 a las 00:15:09
1697

Sin duda quienes más afectados están por la crisis son los que más sufren sus consecuencias; no hay que ser ningún sabio para llegar a esta conclusión.

 

Resulta más complejo establecer a quien nos referimos cuando hablamos de la población más afectada por la mala situación económica. Nuevamente no hay que ser el más listo de la clase para afirmar que seguramente los trabajadores no empresarios han sido el sector más vulnerable en el nuevo paradigma de la economía mundial. Cada semana se anuncian nuevos despidos y el puesto de trabajo no está a día de hoy asegurado.

 

De todas formas entrar en discursos victimistas es lo peor que puede hacer el empleado. Si hace algunos días hablábamos de la necesidad de que los empresarios sean innovadores y se arriesguen en sus empresas, hoy tenemos que hablar de los trabajadores y de su falta de ambición en muchas ocasiones.

 

En las películas americanas vemos con frecuencia esa imagen de un empleado con su caja de cartón llevada en brazos donde pone todo lo que le hace falta para cambiar de empresa. Sin duda los Estados Unidos son un modelo (o al menos lo eran) de dinamismo laboral quizás un tanto excesivo. En Europa no debemos desear tal movilidad, aun así el trabajador debe estar dispuesto a cambiar de trabajo y no ver en el sueldo y en la seguridad del mismo el mayor valor del empleo. Es decir, los trabajadores también deben ser ambiciosos.

 

La ambición es en realidad muchas veces proporcional al nivel de formación que cada uno tiene. A más formación más ambición se tiene. Es por este motivo que los trabajadores deberían probar de formarse para de esta forma poder optar a mejores puestos de trabajo. En España la tendencia de maldecir los cursos para mejorar la calidad como empleado, deberían desaparecer de una vez por todas. No son inútiles, sólo abusar de estos se convierte en algo infructífero.

 

En resumen, los empresarios deben  cambiar pero los empleados también. Si ninguno quiere hacerlo tendremos que cambiar el sistema.