Cuestiones nuclearesEscrito por Tecnonews el 23/03/2011 a las 00:50:391548
Pongámonos en situación. Una imagen que más bien es de cine: Hombres de edad avanzada (la gran mayoría jubilados) dispuestos con sus monos y formando, en fila perfecta, enfrente de las centrales nucleares en llamas. Saben que quizás van a morir pero tan sólo la idea de salvar a su preciada isla de la catástrofe los hace postergar su vida para otro momento. El jefe de los bomberos alerta a los héroes de que nadie va a salir con vida. Ellos no escuchan al joven, sólo piensan en la lucha que mantendrán con el fuego y el cáncer.
El ritmo de los últimos días ha estado pautado por la radiación. En algunos momentos los “medio-viejos” se han sentido como antaño cuando se anunciaba a bombo y platillo el fin del planeta por culpa del apocalipsis nuclear. Momentos en los que una mesa y una mascarilla eran los mejores aliados del ser humano. Hoy sabemos que los tapabocas y las cuatropatas de madera de nada servirían en caso de peligro inminente.
Lo que empezó siendo un movimiento sísmico, luego se convirtió en una ola gigante, después mutó en una posible hecatombe radioactiva, finalmente ha vuelto al estado sísmico, en esta ocasión, informativo.
Las páginas de los diarios se han llenado con hordas (y no existe palabra que define mejor el poco tacto de los medios de comunicación) de noticias, que reflexionan acerca de la viabilidad de la energía generada por las centrales atómicas. Eso sin lugar a duda tiene sus réditos positivos pues con esos debates reabrimos las discusiones sobre cuál debe ser nuestro futuro energético. Parece ser pues que cada vez está menos claro que las nucleares sean como se diría coloquialmente “de fiar”.
Pensando en eso hemos creído conveniente hurgar en el mundo de las NNTT. Existen un sinfín de debates que a priori parecen mucho menos jugosos (y no nos gusta para nada utilizar este término) que el referente al uranio enriquecido. De todas maneras debemos darnos cuenta que aquellas discusiones que hoy parecen no acarrear demasiadas consecuencias son sin duda las que mañana pueden generar más problemas. Ahí van algunas de las cuestiones que se nos han ocurrido reflexionando acerca de la tecnología.
¿Es mejor el open source o el software propietario?
¿Es lícita la producción indiscriminada de aparatos tecnológicos?
¿Debemos ser tan vehementes al hablar de copy right y su hermano lefts?
¿Internet puede ser nuestro altergo o debemos distinguir entre realidad y virtualidad?
¿Las redes sociales pueden llegar a sustituir nuestra interacción humana?
¿Es viable un sistema en el que no exista información tangible?
¿La competición comercial puede embrutecer el progreso tecnológico?
Parecen preguntas de respuesta sencilla. De todas formas estamos seguros de que muchos ciudadanos que ahora emigran de Tokio a Oasaka consideraban que las nucleares eran la alternativa más eficiente al petróleo y a su contaminación en formato CO2. Ahora todos los nipones firmarían un manifiesto ecologista antinuclear.
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