El fin a la educación de movilidadEscrito por tecnonews el 12/11/2013 a las 20:13:552821
Ya no se trata de defender un modelo de educación u otro, ahora se trata de la llana y pura incompetencia de la política universitaria española.
Hace algún tiempo, el ministerio de educación afirmó que se terminaba concesión de becas de movilidad interna Séneca para el curso 2013-2014, los casi 7 millones que se destinaban a dicha dotación pasarían a engrosar las cuentas de las becas generales y por ende mucho más necesarias. Ahora tras un año, el ministro Wert ha confirmado que también la dotación para las becas Erasmus quedaría reducida -si ya era exigua- a la mitad, y ha afirmado también que los responsables de esa reducción eran las altas instituciones europeas.
Más allá del cómo y el porqué, esa reducción es pura y llanamente el suicidio de una educación igualitaria impulsada desde los organismos políticos. ¿Cómo va a ser posible una enseñanza universitaria común y europea si los estudiantes españoles no pueden conocer otras facultades fuera de las fronteras? Se produce una brecha en la que sólo los alumnos con recursos familiares pueden costear el viaje y estancia o en la que sólo países en los que los el poder adquisitivo es mayor pueden enviar a los hijos de la nación a países como España.
La movilidad interuniversitaria es una condición sine qua non para la mejora y progreso de la universidad europea y española.
Luego vendrán los responsables de esos recortes y mediante dos argumentos intentarán desarticular opiniones como la que aquí tienen por dos vías. La primera será la de afirmar que el dinero de las becas Erasmus se gasta en fiestas. Un discurso que no va negarse desde estas líneas pero que es tan vil como decidir no pagar a un trabajador porque el jefe considera que se gasta el dinero en el bar.
El segundo de los argumentos será decir que ese dinero esos casi 7 millones son necesarios. Amigos y amigas, cuando los partidos políticos de cualquier color, destinan su dinero en lucrarse de forma corrupta, cuando el dinero público se gasta en obras faraónicas inservibles, cuando el rescate a la banca supera los 60.000 millones de euros, cuando un banquero llega a cobrar 14 millones de indemnización, parece que casi 7 millones de euros resultan calderilla.
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