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El negocio tecnológico en manos de unos pocos

Escrito por tecnonews el 07/01/2020 a las 15:55:11
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Unas pocas empresa controlan todo el negocio de las Nuevas Tecnologías. Existen muchos ejemplos que demuestran esta tendencia del mercado, como la reciente lista de App Annie según la cual, las cuatro aplicaciones de móvil más descargadas en la última década tanto para iOS como para Android pertenecen a Facebook. Se refiere a Facebook, Facebook Messenger, WhatsApp e Instagram. La lista se completa con Snapchat, Skype, TikTok, UC Browser, YouTube y Twitter, es decir una aplicación propiedad de Microsoft y otra de Google.

 

Para muchos esta lista reproduce el esfuerzo que estas empresas han hecho para conseguir ser las primeras en su sector. Con todo, debemos alertar del problema que supone que solo unas pocas compañías se hagan con el monopolio de las aplicaciones. Más allá del servicio que estas app ofrecen, las grandes firmas tecnológicas obtienen ingentes cantidades de información gracias a ellas. En un mundo en el que se ha demostrado que el nuevo petróleo son los datos, que tres empresas como Facebook, Google y Microsoft sean dueñas de toda esa información que circula a través de sus apps, entraña grandes riesgos.

 

Cabe añadir que el 61% del gasto publicitario mundial va a parar a Google y Facebook y que el 44% de las ventas online en Estados Unidos se realizan en Amazon.

 

Lo cierto es que cada día que pasa es más difícil para las pequeñas empresas que quieren hacerse un hueco en internet, conseguir un lugar. La concentración de riqueza en manos de unas pocas compañías dificulta esa tarea en grado sumo y potencia el crecimiento imparable de transnacionales como Google, Facebook o Apple. A la postre eso supone un poder ilimitado para estas compañías que se traduce en presiones a los gobiernos –como el caso de Irlanda- para obtener fiscalidades ventajosas.

 

Por otro lado, todas estas empresas tienen patria, por mucho que se autodefinan como internacionales. Ya en su día Barack Obama benefició a las compañías de la costa oeste por encima de la industria decimonónica clásica del este o el centro de los Estados Unidos. Es por ello que pensar que los intereses de las grandes tecnológicas no están ligados al país que les vio nacer es a todas luces un disparate.

 

En resumidas cuentas, vamos hacia un mercado cada vez más polarizado y esto entraña riesgos que todavía no hemos empezado a vislumbrar.