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La burbuja de las start-ups tecnológicas

Escrito por Tecnonews el 21/03/2017 a las 17:36:52
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No todo lo que brillaba antes, brilla hoy con tanta fuerza.

 

Las empresas tecnológicas hace media década aparecieron como la panacea del mundo empresarial. Durante cierto tiempo, el modelo de las firmas tecnológicas era un referente para todo el sector empresarial.

 

Se trataba de empresas jóvenes con costes de producción muy bajos y que recibían una gran cantidad de financiación. Imaginemos por ejemplo una web: no es necesaria maquinaria de grandes costes, solamente ordenadores y una conexión a la red similar a la que otra empresa que produzca zapatos tenga.

 

Muchas de estas compañías suponían una inversión de lo más rentable porque además, los sueldos, al tratarse de empresas nacientes de la mano de jóvenes, acostumbraban a ser bastante bajos.

 

Recién licenciados, en medio de una crisis global, recibían sueldos de 1.000 y algo más de euros y se sentían satisfechos porque muchos de sus conocidos no tenían ni eso.

 

A la postre, las empresas tecnológicas que han tenido verdaderos ingresos tras rondas de financiación de lo más optimistas, son relativamente pocas. A eso hay que sumarle que en muchos casos las start-ups tecnológicas no tenían un modelo de negocio demasiado definido. Todas pretendían ser como Facebook, que tuvo la enorme suerte de generar primero el producto y luego encargarse (y le costó lo suyo) de crear el modelo de negocio.

 

Por otro lado, el sector tecnológico, antes más abierto, ahora está copado por unas pocas empresas que ofrecen todos los servicios que aplicaciones o webs pretenden poder ofrecer. ¿De qué sirve crear un empresa de mensajería en bicicleta cuando Amazon en poco tiempo va a hacer lo mismo con drones? De hecho Amazon podría ofrecer un servicio de mensajería en bicicleta y si no lo hace es porque no resulta rentable.

 

Así hemos llegado hasta nuestros días. Los jóvenes de esas empresas se han hecho mayores y ya no se contentan con sueldos ínfimos, no había modelos de negocio para el futuro y los inversores cada vez se han vuelto más exigentes al no obtener beneficios por el dinero que habían desembolsado.

 

La exigencia sobre webs, e-commerce o empresas sociales entre otras se ha vuelto cada vez más intensa. Por eso, aquellas firmas que antes se jactaban de tener futbolines, mesas de ping-pong y de que todos los empleados, el jueves por la tarde iban de afterwork, se han vuelto como esas otras empresas que tanto criticaban por su falta de democracia. Han descubierto que la democracia es ante todo un sistema económico; lo mismo que la ha pasado a España.

 

Muchas personas ya están alertando de que la burbuja de las start-ups está al caer o mejor decir a explotar. Esta semana se demostraba que Uber no era la empresa brillante que se pretendía con la dimisión de su presidente y desde Sillicon Valley llegan alarmantes noticias: los fondos de capital riesgo ya no invierten en empresas que no han demostrado poder dar rendimiento.