La noticia que ha pasado desapercibidaEscrito por Tecnonews el 28/11/2017 a las 20:02:042418
La semana pasada se descubría que la información geográfica de los usuarios de Android era monitorizada por Google incluso cuando los usuarios no daban su consentimiento. La noticia que en realidad es de altos vuelos, quizás por el momento de sobreinformación que vivimos o quizás porque ya no le damos el más mínimo valor a nuestra privacidad, pasaba totalmente desapercibida para la mayoría de la población. Quizás hay una tercera opción: no entendemos lo que significa que Google -pese a que luego afirmaría que se trataba de una cuestión técnica- nos espíe.
Decantarse por una de las tres ideas es difícil. Seguramente es mezcla de las tres.
El momento que vivimos nos lanza a la desinformación: La cultura de la inmediatez ha derivado en la cultura del “fast food informativo”. Necesitamos que la información que nos ofrecen los medios de comunicación sea sencilla, esté masticada. Por eso cuando se nos presenta una noticia que requiere unas mínimas nociones de conocimientos no le prestamos atención.
No nos importa lo más mínimo nuestra privacidad: Publicamos constantemente nuestras vidas en la red sin dar la menor importancia a ese gesto. De hecho, las últimas encuestas demuestran que los europeos dan poco valor a la información que almacenan en su teléfono. Así muchas personas afirman que no se sentirían especialmente apenadas si perdieran el teléfono con fotografías, contactos y mensajes dentro. ¿Por qué sucede eso? Los humanos tenemos actualmente tal capacidad de generar contenidos que no nos damos cuenta del valor que esa información tiene. Quizás la foto de tus vacaciones importa poco, sin embargo, la ruta que haces para ir a trabajar o el sitio donde vas los fines de semana, sí que puede suponer una información más valiosa. Más cuando esa información se coteja con miles de informaciones parecidas.
No entendemos lo que significa que Google nos espíe: Con motivo del día contra la violencia machista aparecieron algunas estadísticas publicadas en distintos medios. La más contundente la que afirma que el 29% de los jóvenes y adolescentes barones, espían el teléfono móvil de sus parejas. Entendemos muy sencillamente cuando alguien toma nuestro teléfono he intenta ver que hay allí dentro. Lo que no nos queda tan claro es que sucede exactamente lo mismo si una empresa recopila datos de nuestro móvil sin que le demos permiso. ¿Alguien se imagina que sucedería si en Ikea nos confiscaran el móvil para analizar nuestros mensajes? |