Como todos los años, octubre es el mes de la concienciación sobre la seguridad cibernética. Una iniciativa más necesaria que nunca, ya que, con motivo de la crisis de la Covid-19 y la proliferación del teletrabajo en cada vez un mayor número de empresas, (aparte de estar rodeados de un sinfín de dispositivos y tecnología IoT), los ciberdelincuentes están comenzando a mejorar su creatividad y sus técnicas con el objetivo puesto en nuestros datos sensibles.
La compañía de ciberseguridad israelí Cyberark ha elaborado un documento de “buenas prácticas” para que los consumidores conozcan de una manera sencilla los riesgos cibernéticos que pueden encontrarse en sus dispositivos y adoptar los hábitos adecuados para asegurarlos y, finalmente, protegernos a nosotros mismos. Muchos aspectos de nuestra vida diaria son puntos de entrada para los ciberdelincuentes y esto no siempre es obvio para las personas que no son expertas en ciberseguridad.
Buenas prácticas para evitar el robo de datos en nuestros dispositivos
1. No confíes en extraños. Esta es una regla que hemos aprendido desde pequeños y que, por supuesto, también se aplica en el mundo digital. De hecho, nunca debes abrir mensajes o hacer clic en enlaces de personas que no conozcas, independientemente de si te llega por correo electrónico o mensajes en Slack, Teams o Google Chat.
2. Controlar tu salud, está bien, que te roben tus datos, ¡no! Los rastreadores de actividad física y los relojes ″inteligentes″ han ganado popularidad a lo largo de los últimos años, ya que son una forma sencilla de controlar el estado físico. Sin embargo, recopilan muchos datos personales. Así que, si ya tienes uno o estás pensando en adquirirlo debes asegurarte de saber cómo las marcas utilizan, almacenan y protegen tu información personal.
3. No reveles demasiado de ti en las redes sociales. Compartir buenos momentos y hobbies con tus amigos y familiares está bien, pero ten cuidado de no compartir información personal que pueda utilizarse para determinar contraseñas y preguntas de seguridad, indicar una ubicación o predecir comportamientos. De hecho, es una mina de oro para los criminales que buscan a su próxima víctima.
4. Asegura tu teléfono inteligente. Las aplicaciones son una parte integral de nuestra vida diaria. Las hay de todo tipo: para ir de compras, para pedir cita en el médico o el especialista, para conocer tu saldo bancario y realizar transferencias, o incluso saber cuándo regar tus plantas. Por todo ello, el móvil ha asumido el papel de asistente personal, tanto en el ámbito privado como en el profesional, pero no es menos vulnerable a los ataques. Así que, verifica a qué datos tiene acceso cada aplicación que utilizas y descargas. Además, técnicas como la autenticación de múltiples factores ayudan a garantizar que los atacantes no aprovechen los teléfonos inteligentes para robar información personal.
5. Protege el IoT. En los próximos diez años cada consumidor tendrá, al menos, diez dispositivos conectados, por lo que, si no son seguros, cada uno de ellos representará una forma de robar datos sensibles. Los dispositivos IoT, como televisores inteligentes y medidores conectados, son muy útiles, pero necesitan de mucha información y conexiones para funcionar correctamente. Además, cada día son más inteligentes y se integran entre sí, creando hogares y negocios totalmente conectados. Para asegurarlos bien y cerrar todas las puertas a la red es necesario confiar solo en marcas que conozcas, aplicar todos los parches de seguridad disponibles y actualizar sus contraseñas predeterminadas.
La tecnología está ocupando cada vez más un lugar en nuestros hábitos diarios. Una gran parte de nuestras actividades de ocio ahora incluye la conexión online, además de otras tareas como los trámites comerciales o administrativos. Por lo tanto, proteger nuestros datos personales y demostrar nuestra identidad estará en el centro de todo lo que hagamos de aquí al año 2030.
