No todas las historias de amor son tan bonitas como las pintan las películas románticas, o como las cuentan -seguramente, con un punto de dramatización- algunas parejas. Dándole vueltas a esto y a la aparente intrascendencia de la historia con su pareja, la científica de datos sudafricana Channon Perry decidió utilizar sus conocimientos para hurgar en los datos de Google Maps de su perfil y del de su pareja, y ver si antes de empezar a salir juntos, incluso antes de conocerse, llegaron a coincidir en algún lugar, algo que bien podría funcionar como base para el guión de una moderna versión de “Cuando Harry encontró a Sally”.
En su página personal podemos encontrar una explicación detallada de los entresijos técnicos de su búsqueda que, a grandes rasgos, podemos resumir en solicitar a Google los datos del historial de geolocalización de ambos, tratarlos para establecer la precisión de la medición de las coordenadas GPS en cada momento y el margen de tiempo para considerar que fue posible un encuentro, y finalmente combinar ambas series de datos en una sola para analizarlos.
En todos estos pasos, Channon presenta código fuente y gráficos explicativos, de forma que otros científicos de datos pueden seguir el mismo procedimiento, algo que podría llegar a ser útil en casuísticas más allá del puro romanticismo.
El resultado de toda esta investigación es que ambos podrían haberse cruzado (hay un margen de error y, de estas veces, tal vez no llegaron a coincidir por pocos metros o por poco tiempo, en algunas) hasta 33 veces antes de conocerse.
La más clara de estas 33 ocasiones se dió en el campus universitario en el que ambos coincidieron, concretamente el 16 de agosto de 2017 (tres años antes de conocerse), en una zona próxima al café del edificio de ciencias. ¿Tal vez hicieron cola uno detrás de otro para pedir su consumición? ¿Tal vez se sentaron uno al lado del otro a tomarlas?
Solamente nos queda añadir a esta escena un invisible cupido, sonriendo mientras piensa que, de aquí a tres años, disparará sus flechas a través de una app de citas, Bumble, que será el camino que lleve a ambos a unirse.
Pero esa, ya es otra historia, y parece que más trivial, menos interesante, y con menos trabajo de análisis de datos para contarla, en palabras de la propia Channon.