Investigadores de la Universidad de California San Diego han publicado un artículo
en la revista New Scientist (que solamente podemos leer previa suscripción,
aunque podemos leer una noticia
al respecto en abierto en Gizmodo), en el cual detallan los resultados de un
estudio sobre cobertura de las torres de telecomunicaciones de la red 5G, cuya
principal conclusión es que instalando torres más pequeñas en los entornos
urbanos, no solamente se mejora la cobertura, sino que se reduce el consumo de
batería en los smartphones, mejorando su autonomía y reduciendo su huella de
carbono al requerir de menos cargas.
Esto que, según los mismos investigadores, no habría podido funcionar en la red
4G, sucede por las limitaciones de la cobertura de las torres de gran tamaño: la
señal celular de radiofrecuencia, llega debilitada a largas distancias, lo que
lleva a que los dispositivos conectados envíen paquetes de datos de gran tamaño
para que estos puedan llegar satisfactoriamente a la torre de comunicaciones, lo
cual, a su vez, supone un mayor consumo energético.
En cambio, una mayor densidad de torres más pequeñas que se ubicarían más
próximas a los transeúntes, proporcionaría una señal más fuerte y, por lo tanto,
el intercambio de paquetes de datos de menor tamaño, con un consumo energético
que los investigadores estiman en tres veces inferior al actual, con un
incremento de la autonomía de los smartphones de los usuarios que se iría hacia
el 50% si contamos una densidad de torres cinco veces mayor a la actual pero,
como hemos dicho, más pequeñas.
Dichas torres requieren una altura de unos quince metros más o menos sobre el
suelo, lo cual permite ubicarlas sobre mobiliario urbano tal como farolas,
semáforos o pequeños edificios.
Estas torres de menor tamaño consumen menos energía eléctrica para su
funcionamiento y, al permitir que los usuarios carguen menos veces sus
smartphones por el incremento de autonomía, contribuyen a reducir la huella de
carbono generada por la industria de las telecomunicaciones.
Pese a que no he podido leer el estudio al completo, supongo que no toca un tema
trascendental para poder desplegar esta estrategia: la probable negativa, en
muchos lugares, de los vecinos a que les instalen torres de telecomunicaciones
cerca, un problema con el que las operadoras de infraestructuras de
telecomunicaciones se han topado con anterioridad.