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Campaña electoral ¿época de fake news?

Escrito por Guillem Alsina el 23/04/2019 a las 10:39:58
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Al grano: si ya fuera del tiempo de campaña electoral (aunque hay voces que apuntan que hoy la campaña es permanente) las redes sociales van llenas de supuestas noticias de actualidad que, realmente, son falsas (las famosas ‘fake news’) en época de campaña aún podemos ver más circulando, e incluso ser víctimas del engaño de algunas.


Las fake news tienen un doble objetivo muy claro: movilizar al propio electorado y desmovilizar al del rival. Los consultores políticos norteamericanos Arthur Finkelstein (el cual participara en campañas conservadoras desde la de Nixon) y George Birnbaum se dieron cuenta, a principios de los 2.000, que era virtualmente imposible convertir el voto de una persona de determinado perfil, aunque sí era posible alentar que fuera a votar, o bien desalentarla si era votante de los contrarios.


Y su teoría se ha demostrado cierta en campañas en las cuales ellos asesoraron a quienes tenían las de perder en su primer intento, como Viktor Orbán en Hungría, o Benjamin Netanyahu en Israel.


Para conseguir este efecto, no dudaron en jugar sucio y generar noticias falsas atacando a los rivales; por ejemplo en Hungría, atacaron despiadadamente a los partidos políticos de la izquierda, hasta tal punto, que en las siguientes elecciones ya no tenían argumentos para atacarles. Tocaba buscar un nuevo enemigo.


Y aquí fue cuando las cosas se les fueron de las manos, porque el enemigo elegido en este caso fue el multimillonario norteamericano de origen húngaro George Soros, de raíces judías, lo que acabó generando una ola de antisemitismo en el país. El karma se ha cebado en Finkelstein y Birnbaum, pues ambos son judíos.


Lo que ha quedado de aquellas campañas y aquel descubrimiento es el “todo vale” para conseguir la movilización de los propios seguidores, y la desmovilización de los contrarios con una guerra de información... o, en este caso, de desinformación.


Para juzgar con criterio, hay que saber como poder desbrozar las fake news distinguiéndolas de las noticias legítimas con el objetivo de informarse correctamente. Para ello, ahí van unas cuantas pautas:

 

 

  • la prensa ha sido demonizada por muchos, pero la prensa en general no es culpable de la desinformación, si bien sí lo son algunos medios y/o ‘pseudo-medios’. Identificarlos y prescindir de sus contenidos ‘limpiará’ nuestras fuentes de información;
  • la principal vía de transmisión de las fake news es la mensajería instantánea, ya que lo que recibimos de un contacto conocido nos da siempre una sensación de mayor credibilidad. Por lo tanto, hay que hacer un ejercicio para no creer a pies juntillas todo lo que nos es enviado, y contrastar las informaciones;
  • otra vía por la que nos llega la información son las redes sociales. Además, aquí se agraba por culpa de los algoritmos, que nos muestran aquellos artículos de temática y enfoque similar a lo que hemos visitado con anterioridad y el sistema ha detectado que nos gusta. Así que tendemos a crear un ecosistema cerrado de preferencias donde no entran pensamientos contrarios a este;
  • las fake news acostumbran a apelar a los sentimientos. La noticia que acabas de recibir ¿refuerza tus convicciones? ¿te provoca sorpresa? ¿te enoja? Apelar a estas bajas pasiones es algo típico de las formaciones políticas que emplean las noticias falsas como táctica habitual;
  • contrastar noticias no es difícil. Se trata de buscarlas en otros medios y agencias. Cualquier cosa suficientemente importante, estará recogida en otros medios de comunicación, y saldrá en Google. En los casos a los que se refieran noticias locales de un país, es posible encontrar medios de aquella región que lo reflejen, y entenderlos mediante herramientas de traducción en línea como Google Translate o Microsoft Bing;
  • verifica los datos. Si en la noticia se cita un estudio o unas declaraciones, búscalo por Internet. Si no lo encuentras, puedes empezar a sospechar;
  • no dudes en preguntar a quién te ha enviado la noticia, de donde la recibió, quien se la pasó. Tira del hilo para descubrir el origen.