Europa se acerca a la mitad de la segunda década del siglo en el contexto de un entorno geopolítico inestable y unas perspectivas económicas inciertas. Tenemos ante nosotros grandes retos y oportunidades, que exigen que Europa adopte la digitalización de sus sociedades y economías. Desarrollar y aplicar la innovación digital es fundamental para aumentar la competitividad de Europa. En este contexto, una conectividad mejorada y segura refuerza la digitalización como factor clave para la productividad y la descarbonización en todos los sectores.
La Comisión Europea señalaba en un reciente Libro Blanco que «el futuro de la competitividad de todos los sectores de la economía europea depende de unas infraestructuras y servicios de red digitales avanzados, ya que constituyen la base de un crecimiento del PIB mundial de entre 1 y 2 billones de euros». Los objetivos de la Década Digital establecen que las nuevas redes 5G y FTTH o los satélites deben llegar a casi todos los rincones de Europa para 2030, de modo que ningún ciudadano ni ninguna empresa se queden atrás. Los jefes de Gobierno, en recientesconclusiones del Consejo Europeo, también señalaron que «la transformación digital de las empresas, las administraciones públicas y la sociedad requiere un verdadero mercado único de servicios digitales y datos, fomentando y facilitando la inversión en infraestructuras digitales como 5G y 6G, y la aplicación de tecnologías digitales revolucionarias, como la IA, blockchain, la computación cuántica y la tecnología de realidad inmersiva».
En la última década, según la European Round Table for Industry, los operadores de telecomunicaciones han invertido 500.000 millones de euros en mejorar y ampliar las redes europeas. Mario Draghi, que acaba de publicar su esperado informe The future of European competitiveness, nos recordó que, a pesar de los esfuerzos, «la inversión per cápita en telecomunicaciones es la mitad que en Estados Unidos, y nos estamos quedando atrás en el despliegue de 5G y fibra».
Por eso estamos de acuerdo con el análisis de la Comisión en que hay que hacer más para arreglar la situación y apoyamos las medidas encaminadas a mejorar la inversión en conectividad y digitalización en todo el continente.
Lo que está en juego para la economía europea es mucho más que el futuro de un sector. Lo subrayó el ex Primer Ministro italiano Enrico Letta en su Informe al señalar que «la falta de integración en los sectores financiero, energético y de las comunicaciones electrónicas es una de las principales razones del declive de la competitividad europea». Si no creamos ahora rápidamente las condiciones para un aumento importante de las inversiones en redes, todo el tejido industrial europeo se resentirá.
En la actualidad, las empresas europeas invierten en digitalizar sus procesos, aplicar la IA y llevar a cabo la visión de la «Industria 4.0», pero esto no puede lograrse sin una conectividad innovadora. Dicho en palabras de Enrico Letta: «tecnologías como 5G (6G en el futuro), IoT, web3.0, edge-cloud computing o AI crearán oportunidades económicas totalmente nuevas. Por supuesto, el despliegue de estas tecnologías depende de las redes, que proporcionarán nuevas capacidades como una mayor potencia de cálculo o diferentes niveles de latencia». Al ser el hogar de algunos de los principales fabricantes de telecomunicaciones del mundo, Europa ha sido una fuerza importante en el avance de la innovación de las redes. Sin embargo, se necesita más apoyo si queremos construir el liderazgo tecnológico europeo sobre una conectividad avanzada y de confianza.
Están en juego numerosos casos de uso, en todos los sectores de la economía y de la sociedad: nos gustaría ofrecer algunos ejemplos de la profundidad y variedad de tales casos de uso.
En el sector de la movilidad, la conectividad y los servicios seguros pueden contribuir a que el tráfico sea más seguro y menos contaminante. En el mercado energético de la UE, las redes más inteligentes y la IA pueden beneficiar a toda la cadena de valor, incluyendo la generación, transmisión, distribución y comercialización. Esto incluye tecnologías como la conectividad rápida para emplazamientos renovables remotos o permitir un consumo inteligente para reducir los picos de demanda.
En las energías renovables, la modernización y ampliación de la infraestructura de red puede garantizar la transmisión, el procesamiento y el uso de grandes volúmenes de datos para contadores inteligentes y demanda de flexibilidad. En el sector sanitario, las infraestructuras digitales son cruciales para avanzar en la sanidad digital: esto incluye la atención sanitaria y seguimiento digital, los ensayos a distancia, así como soluciones de IA para el descubrimiento, fabricación y suministro de medicamentos más rápido. En el sector ferroviario, necesitamos invertir en 5G para el futuro sistema de comunicaciones móviles ferroviarias (FRMCS) y mejorar los servicios a los pasajeros. 5G y FRMCS ofrecerán una comunicación segura, eficiente y de alta capacidad para la modernización y la seguridad ferroviaria, junto con una conectividad fiable a bordo, mejorando la experiencia de los pasajeros.
Las redes de conectividad también permitirán el uso de la IA en todos los sectores, desde las previsiones y recomendaciones habituales hasta las redes empresariales inteligentes, los asistentes digitales y los modelos de IA generativa. Además, una aplicación armonizada y favorable a la innovación de la Ley de IA de la UE será esencial para que la IA prospere en Europa.
Las redes privadas 5G, en concreto, pueden impulsar la automatización industrial conectando aplicaciones de alta resistencia en diversos sectores. Estas aplicaciones funcionan en entornos difíciles y remotos, lo que permite un despliegue digital más amplio y sencillo en las instalaciones industriales. También se necesita más inversión para luchar contra la ciberdelincuencia, con todas las partes interesadas aunando esfuerzos y de forma armonizada en todo el mercado único: debemos proteger infraestructuras críticas como las redes eléctricas, así como actividades económicas vitales como las del sector financiero.
La base industrial de Europa es potente, pero requiere altos niveles de inversión y políticas adecuadas para que cada una de sus partes pueda crecer, innovar y seguir siendo competitiva a nivel mundial. La conectividad no es una excepción. Como industria europea, necesitamos una mayor colaboración e inversión en conectividad fiable, segura, resistente y de alta calidad, así como en infraestructura informática.
Por eso nosotros, como CEO líderes, creemos que es urgente actuar ahora y dar forma al futuro de la infraestructura digital europea. La competitividad europea está en juego. Aplaudimos el lanzamiento del Libro Blanco de la Comisión Europea y creemos que es esencial garantizar que en los futuros trabajos se tengan en cuenta las necesidades y propuestas de todas las industrias. Sólo así los esfuerzos de los agentes europeos podrán ser sostenibles y exitosos.
Esta carta abierta está firmada por:
Aiman Ezzat, CEO, Capgemini
Börje Ekholm, President & CEO, Ericsson
Christian Klein, CEO and the Chairman of the Executive Board, SAP SE
Christian Sewing, CEO, Deutsche Bank
Cláudia Azevedo, CEO, Sonae
Claudio Descalzi, CEO, Eni S.p.A.
Flavio Cattaneo, CEO, Enel
Gonzalo Gortázar Rotaeche, Consejero Delegado (CEO), CaixaBank, SA
Ignacio S. Galán, Executive Chairman, Iberdrola
Leonhard Birnbaum, CEO, E.ON SE
Luca de Meo, CEO, Renault Group
Markus Krebber, CEO, RWE AG
Michael Strugl, CEO, VERBUND
Óscar García Maceiras, CEO, Inditex, S.A.
Pekka Lundmark, President & CEO, Nokia Corporation
Peter Herweck, CEO, Schneider Electric
Richard Lutz, Chairman of the Management Board and CEO, Deutsche Bahn AG
Robert Falck, CEO, Einride
Roland Busch, President and CEO, Siemens AG