ChatGPT, el chatbot de OpenAI, sigue fascinandonos tras su exitoso lanzamiento, y cada día genera nuevos titulares, algunos, ligados a las ‘habilidades’ que los usuarios van encontrando en esta inteligencia artificial a medida que la utilizan.
Recordemos que dicho chatbot consiste en una interfaz amigable que se utiliza mediante lenguaje natural, para interactuar con la inteligencia artificial GPT-3, alimentada con los contenidos de Internet hasta 2021, pero sin conexión a la red, es decir, que no puede buscar referencias actuales para resolver a las preguntas que se le presentan.
No obstante, y tal como explica este artículo del rotativo Daily Mail, esta circunstancia -la de no tener su base de conocimiento actualizada con datos posteriores al 2021- no ha impedido que, en estudios llevados a cabo por diversas universidades, ChatGPT haya pasado diversos exámenes oficiales de los Estados Unidos.
Este es el caso de un examen típico de los estudios de MBA (Master of Business Administration, Máster en Administración y Dirección de Empresas), en el cual ha obtenido una nota de entre B y B-, lo que se situaría, en términos españoles, entre un notable bajo y un notable.
También posee el potencial de superar con éxito el examen para obtener la licencia médica en los Estados Unidos, y también el de abogacía.
Esto no significa que ChatGPT haya obtenido la titulación a la que tienen derecho quienes superan dichos exámenes, solamente demuestra que, enfrentada esta IA a dichos exámenes en los que se deben volcar conocimientos memorizados, el chatbot de OpenAI es la herramienta idónea para responder a las preguntas que conforman las pruebas.
A su vez, esto ha llevado a algunos columnistas, a plantearse un futuro en el que muchos puestos de trabajo “de cuello blanco”, los cuáles se basan en la acumulación de conocimiento para poder desempeñar su rol, puedan verse sustituidos a medio/largo plazo, por inteligencias artificiales.
Si tomamos el campo legal, por ejemplo, una IA es capaz de hallar, en muy poco tiempo, todas las normas, jurisprudencia y resoluciones sobre un tema determinado, y resumir dichos contenidos de distintas formas, de manera más eficiente y rápida de lo que podría hacerlo una persona.
Esto, sin duda, acabará acarreando que, pese a trabajar en algunos casos humanos codo a codo con inteligencias artificiales, se pierdan algunos puestos de trabajo humanos. Por ejemplo, y siguiendo con el anterior razonamiento, habrá bufetes de abogados que prescindirán de algunas de las personas que actualmente realizan las labores de búsqueda de información.