La aspiración de la inteligencia artificial es la de sustituir a los seres humanos en las tareas repetitivas, de forma que nosotros podamos dedicarnos a tareas de valor añadido, creativas. No obstante, nadie diría que dirigir una empresa tiene mucho de rutinario y aburrido, y poco de valor añadido (y, si no, pueden preguntar a cualquier empresario o emprendedor que tengan cerca para que se les ría en la cara o, peor aún, simplemente les insulte sintiéndose ultrajado por la pregunta), pero un experimento realizado con ChatGPT apunta a que las inteligencias artificiales podrían ayudar también en esta tarea.
La investigación de la que hablamos ha sido llevada a cabo por la estadounidense Universidad de Brown conjuntamente con varias universidades chinas, y lo explican en Business Insider.
Los investigadores crearon una empresa simulada, a la que bautizaron con el explícito nombre de ChatDev, y utilizaron ChatGPT con la versión 3.5 del modelo lingüístico de OpenAI para, mediante la creación de cuatro roles en el chatbot (CEO, CTO, desarrollador, y diseñador gráfico), y utilizando el modelo de diseño de software en cascada, crear una aplicación informática.
El modelo de diseño de software en cascada consiste en una metodología clásica para la creación de software, un proceso que divide en cuatro etapas: diseño, codificación, pruebas y documentación. Lo que solicitaron los investigadores a los chatbots fue diseñar un juego Gomoku básico, también conocido como Cinco en raya.
En la etapa de diseño, las conversaciones entre chatbots determinaron aspectos como el lenguaje de programación (de forma autónoma y sin intervención humana más que para los prompts básicos, eligieron Python), y fueron capaces de seguir colaborando entre ellos a lo largo de las demás etapas del proceso de creación del software.
La sorpresa para los investigadores llegó cuando, tras asignar 70 tareas distintas a ChatDev, descubrieron que la empresa creada podía completar todo el proceso de desarrollo en menos de siete minutos a un coste inferior a un euro.
Pero, todavía más impresionante, fue que, en promedio, el 86,66% de los sistemas de software generados no sufrieron ningún fallo de programación.
Las conclusiones del estudio subrayan la creciente importancia de la IA generativa en la transformación del ámbito laboral. Desde su lanzamiento el pasado noviembre, diversas industrias han empleado estos chatbots para mejorar la eficiencia y la productividad.
Ejemplo de ello es Daniel Dippold, un programador berlinés que empleó ChatGPT para hallar un apartamento, o empleados de Amazon que lo han utilizado en el desarrollo de software.
No obstante, el estudio también identifica ciertos retos en forma de limitaciones, como errores o sesgos en modelos lingüísticos que pueden representar obstáculos en el desarrollo del software.
Sin embargo, los autores sostienen que tales herramientas pueden ser de gran ayuda, especialmente para profesionales noveles en el ámbito de la programación.