La vigilia de San Juan (este pasado martes 23 de junio), China lanzaba al espacio con éxito el último de los satélites BDS-3, la tercera y última fase del sistema de navegación global BeiDou, que iniciara su camino con otro lanzamiento en 1994, aunque en aquel entonces sólo era un experimento que nacía a rebufo del GPS norteamericano y que proporcionaría únicamente información regional (China y algunos países limítrofes más).
Mucho ha llovido desde entonces, y una China que en lo económico se proyecta mundialmente (algo que también aspira a hacer en lo militar, y en lo que está trabajando), no puede dejar de tener un sistema de geoposicionamiento global.
De hecho, el gigante asiático posee uno de los únicos cuatro sistemas de navegación globales, que son el antes mencionado GPS norteamericano, el GLONASS ruso, el Galileo europeo, y el propio BeiDou, a la espera que la India saque pecho con el sistema NavIC, que por el momento sólo ofrece cobertura para la propia India, pero en los planes de futuro incluyen extenderlo a todo el mundo.
El satélite lanzado el 23 de junio es el que hace el número 30 de la tercera fase de la constelación de satélites, y el número 55 del total de la red. Es el de mayor tamaño, y su misión es la de facilitar que el sistema BeiDou proporcione servicios de navegación a un coste razonable, gracias a que dispone de funciones de radionavegación, radiodeterminación y sincronización temporal mejorada.
¿Y en qué beneficia el nuevo sistema BeiDou al común de los mortales? Muchos smartphones ya incluyen compatibilidad con varios sistemas de navegación, y no solamente con el GPS norteamericano. Cuando BeiDou empiece a ofrecer servicios comerciales, al ser una red que emplea tecnologías más modernas que la GPS, ofrecerá servicios de mayor calidad y con mayor exactitud.
Así, por ejemplo, la red GPS proporciona una precisión en los datos de geoposicionamiento de 30 centímetros, mientras que BeiDou la proporciona de 10 centímetros.
Con el aluvión de smartphones de fabricantes chinos como Huawei, Xiaomi, u Oppo por citar solo algunos, que se están vendiendo en los mercados occidentales, es lógico pensar que los servicios de BeiDou pasarán pronto a ser empleados por una gran cantidad de usuarios occidentales.
Al principio he explicado que China también busca proyectar su potencia militar por todo el mundo. El sistema BeiDou permitirá a sus fuerzas armadas comunicarse de forma segura allá donde se encuentren, además de proporcionar una alta precisión a barcos, aviones y misiles, tal y como la constelación GPS hace por los Estados Unidos.