Poder controlar cuándo hará sol y cuando llueva es uno de los grandes sueños de la humanidad que, hasta ahora, solamente se ha podido hacer realidad en una pequeña parte mediante el uso de yoduro de plata para forzar las precipitaciones líquidas.
Según informa la agencia Xinhua, el gobierno chino ha llevado a cabo una prueba con un dron de gran envergadura (el Ganlin-1) y, pese a que no ha explicitado la substancia utilizada durante esta primera prueba, su funcionamiento nos lleva a pensar que efectivamente, es esta substancia típica.
El resultado del vuelo ha sido todo un éxito, según la misma agencia, manteniendo la aeronave un vuelo estable y llevando a cabo la dispersión del agente catalizador de lluvia, e incluso eliminó adecuadamente el hielo que se formó sobre sus alas y el resto de las superficies.
Por las imágenes que podemos apreciar en el artículo de Xinhua, el dron empleado es de gran envergadura, muy similar a los utilizados en el terreno militar. Gracias a ello, puede mantenerse más tiempo en el aire. En el caso de este vuelo inaugural, la prueba duró 40 minutos.
Además de dispersar el compuesto químico, para hacer llover, un dron como el Ganlin-1 también puede ir equipado con herramientas de monitorización y análisis del tiempo, lo que le permite realizar la captación de datos y posterior análisis de larga distancia.
Con los datos en la mano, los científicos a su cargo pueden decidir si sueltan el yoduro de plata para hacer llover. Este compuesto se emplea habitualmente sobre nubes para forzar la lluvia en caso de necesidad, o forzarla para evitar granizadas.
Su principio de acción es que las partículas de yoduro de plata actúan a modo de catalizador al condensar el vapor de agua a su alrededor.
Hacer que llueva en desiertos, evitar granizadas y los males que acompañan a este fenómeno atmosférico... todo esto suena muy bien, pero ¿tal vez demasiado? ¿No será peligroso jugar a ser dioses con el conocimiento que actualmente tenemos del ecosistema natural?
Modificar cursos de ríos, por ejemplo, es algo que llevamos haciendo desde la remota antigüedad, pero en muchas ocasiones el agua recupera su ‘memoria’ (su curso histórico) destruyendo nuestras creaciones a su paso.
Que a largo plazo no provoquemos males peores de los que intentamos remediar...