Probablemente, el sueño de la robótica es poder llegar a crear, algún día, un robot que mimetice con la mayor fidelidad posible, los movimientos de un cuerpo humano en todos los sentidos. Pese a que este sueño queda algo lejos todavía, si es verdad lo que nos explican desde Clone Robotics, tal vez esté más cerca de lo que podríamos pensar.
La firma ha saltado al escaparate público estos últimos días porque ha presentado en sociedad su proyecto de robot antropomorfo, el Clone Alpha, así como las diversas tecnologías que deben posibilitar su materialización, y los demostradores tecnológicos que ha creado (como el torso y la mano).
No obstante, cabe señalar que, pese a la espectacularidad de los vídeos de estos componentes, Clone todavía debe demostrar que estos componentes pueden trabajar juntos, y que también puede desarrollar las piezas que faltan para componer un robot antropomorfo funcional que imite el comportamiento humano en sus movimientos.
Un planteamiento que imita la estructura del cuerpo humano
Para lograr superar este reto, la firma opta por construir una estructura que imite el cuerpo humano (esqueleto, musculatura, sistema nervioso,...). Por ejemplo, para imitar la musculatura, Clone ha desarrollado, a partir de 2021, la tecnología Myofiber, que le permite producir unidades músculo-tendinosas sintéticas que pueden ofrecer respuesta en menos de 50 ms, y con una contracción sin carga superior al 30% y una fuerza de contracción de al menos un kilogramo por cada fibra muscular de tres gramos.
Actualmente, y según afirman desde Clone, Myofiber es el único músculo artificial en el mundo capaz de lograr tal combinación de peso, densidad de potencia, velocidad, relación fuerza-peso y eficiencia energética.
Por lo que respecta al esqueleto del robot, este incluye los 206 huesos del cuerpo humano, con un pequeño número de fusiones óseas. Las articulaciones están completamente articuladas con ligamentos artificiales y tejidos conectivos. Con una colocación 1:1 de ligamentos y tendones en el esqueleto, el androide es altamente articulado e incluye relaciones músculo-articulación de uno a varios y de varios a uno.
Las cuatro articulaciones en el hombro que conectan la escápula, la clavícula y el húmero tienen un total de veinte grados de libertad, tanto rotacionales como translacionales, además de seis grados de libertad adicionales para cada vértebra en la columna. Con 26 grados de libertad en la mano, la muñeca y el codo, solo el torso superior del Clone, sin incluir las piernas, posee 164 grados de libertad. Estos esqueletos humanos artificiales están hechos completamente de polímeros baratos y duraderos.
Obviamente, el androide cuenta también con sistema nervioso, diseñado para el control neural instantáneo de las válvulas y, por lo tanto, de los músculos, utilizando para ello únicamente retroalimentación propioceptiva y visual.
El robot también está equipado con cuatro cámaras de profundidad en el cráneo para la visión, además de contar con setenta sensores inerciales, y 320 sensores de presión para retroalimentación de fuerza a nivel muscular.
IA generativa para comunicarse
Por muy espectacular que sea el cuerpo de este robot, si no se combina con una capacidad de interactuar con el usuario, de poco servirá. En este caso, la compañía ha optado por dotarlo, como no podía ser de otra manera en los tiempos que corren, de inteligencia artificial generativa (GenAI), de forma que es posible comunicarse con él en lenguaje natural (por el momento, al menos, parece que sólo en inglés.
El Clone Alpha, que es como se llama este androide, estará equipado en el momento de su lanzamiento con la plataforma llamada Telekinesis, que le permitirá aprender nuevas habilidades, facilitando que el poseedor “entrene” a su robot.
Las reservas del Clone Alpha ya se podrán realizar en algún momento de 2025, aunque no se especifica su precio (habrá una tirada limitada de 279 unidades, por lo que barato no será), y la compañía ya trabaja en el que será, más adelante, su sucesor, el Neoclone
