A medida que la nube y los servicios online lo conquistan todo, cada vez se necesita mayor capacidad de almacenamiento y procesamiento y, consecuentemente, más y mayores centros de datos. La construcción de estos adolece, principalmente, de dos problemáticas: la primera, el precio del suelo que ocupan, mientras que la segunda es su refrigeración (la ingente cantidad de servidores provoca serios problemas para evacuar el exceso de temperatura que provocan, y enfriarlos adecuadamente).
Con la solución de ambos problemas en mente, la compañía china Highlander está a punto de abrir el primer centro de datos submarino del mundo disponible comercialmente, y fuera de algunas pruebas piloto realizadas con anterioridad, según informa China Daily, aunque podemos leer un artículo que amplía la información -sobretodo a nivel técnico- en DCD (Data Center Dynamics).
Según este último, Highlander empezó a construir el presente centro de datos submarino en febrero de 2022 en la costa de Sanya, una ciudad situada junto al mar al sur de la isla de Hainan.
El nuevo centro de datos se encuentra a 35 metros de profundidad, y ha sido diseñado para resistir las duras condiciones submarinas y operar de manera continuada y sostenible durante cinco lustros (25 años). Su arquitectura es modular, con distintos módulos completamente herméticos y separados unos de otros, de forma que si algo le pasara a uno, esto no debe afectar a los demás. Y cada módulo tiene un peso de 1.300 toneladas.
Según China Daily, se espera que con todos los módulos en funcionamiento, el nuevo centro de datos submarino de Highlander ofrezca una potencia de procesamiento equivalente a la de seis millones de ordenadores personales convencionales, aunque la comparación no está exenta de una trampa rápidamente visible para aquellos lectores que entiendan algo de informática: no es lo mismo comparar un ordenador con procesador de bajo consumo y bajo rendimiento de una o dos generaciones atrás (por ejemplo, un Core i3 de undécima generación de Intel), con un procesador de máxima potencia y última generación (por ejemplo el Core i7 más potente de la décimo-tercera generación), ni una máquina equipada con 4 GB de RAM con una que tenga 32 GB.
La alimentación energética del nuevo centro de datos viene del viento, a través de los molinos instalados en la costa, de los cuales bajan una serie de cables hasta los distintos módulos que conforman el centro. O bien esos mismos tubos, o bien otros, protegen los cables que permiten el flujo de los datos entre el centro y el resto del mundo.
Por lo que se refiere a la refrigeración, esta se produce de forma natural gracias a las bajas temperaturas que hay en el lecho marítimo y el continuo paso y renovación del agua marina, lo que permite a Highlander ahorrar aproximadamente 122 millones de kilovatios-hora de electricidad anualmente en comparación con los centros de datos convencionales instalados en tierra firme.
El primer módulo del centro de datos fue instalado en abril y, tras haber realizado pruebas extensivas para garantizar su fiabilidad, ahora hace poco, Highlander instalaba el segundo. Para 2025, la compañía espera contar con un centenar de módulos a pleno rendimiento, según China Daily.
Volviendo a la información publicada por DCD, la infraestructura ya contaría con contratos firmados con clientes de la talla de China Telecom y SenseTime (esta última, una compañía basada en Hong Kong dedicada a las soluciones de IA).