Con la exclusiva Clubhouse llegó, como un renacimiento del formato podcast, la fiebre de las redes sociales basadas en conversaciones de audio, una fiebre que se ha contagiado a Twitter con sus Spaces.
En la publicación TreceBits dan un repaso a algo muy importante y en lo que poca gente repara a la hora de activar cualquier servicio online gratuito, incluidas las redes sociales: su política de privacidad a la hora de gestionar las grabaciones de nuestras conversaciones.
Porque tanto una como otra aplicaciones conservan registros de audio de las conversaciones de audio de sus usuarios.
Twitter Spaces
El servicio de voz de la red social de microblogging graba y mantiene todas las conversaciones durante 30 días, periodo suficiente como para poder revisar si alguna de las personas que interviene en la conversación ha violado las normas de uso del servicio.
En el caso de que los operarios de Twitter detecten algo sospechoso, las grabaciones pueden ser conservadas por la empresa hasta 90 días por el proceso de denuncia y apelación. Los usuarios pueden denunciar a un usuario en concreto, o bien a una sala en su conjunto, y los usuarios denunciados que sean hallados culpables pueden perder el derecho a usar la red social en el futuro sin son reincidentes.
Y los usuarios, ¿pueden grabar el audio de la sala? Pues sí, aunque según informan en Trecebits, dicha grabación estaría limitada a sus propias intervenciones, no incluyendo las de las demás personas.
Clubhouse
La política de esta aplicación pionera difiere de la de Twitter en el sentido que las grabaciones son realizadas durante las conversaciones, pero eliminadas una vez se termina la sala, con la excepción de aquellos casos en los que algún usuario haya interpuesto una denuncia por la violación de las cláusulas de uso.
Dicha grabación se conserva para poder ser examinada y dictaminar, en el caso que corresponda, si se ha producido la violación aducida o si no.
Por lo que respecta a las grabaciones de la sala que pueden llevar a cabo los propios usuarios, estas no están permitidas. Así, y a diferencia de Twitter, Clubhouse se erige como una red de voz con contenido efímero, tal y como Snapchat hizo en su día con la imagen y el vídeo.
Como en todos los casos de redes sociales, se nos pide un acto de fe a los usuarios en el hecho de que la empresa no hace nada más con estas grabaciones, y no las realiza cuando indica lo contrario, o realmente las elimina cuando afirma hacerlo.