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Como las videoconferencias pueden moldear la lengua de signos

Escrito por Guillem Alsina el 16/03/2021 a las 20:17:44
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Un artículo recientemente publicado por la prestigiosa Scientífic American desgrana la influencia que herramientas de videoconferencia como Zoom, Google Meet o Microsoft Teams han tenido y están teniendo durante la pandemia sobre la lengua de signos para su correcta visualización en las pequeñas pantallas de ordenadores, tablets y smartphones.


Aunque a priori, alguien no conocedor del tema pueda pensar que dichas herramientas no son precisamente amigables con los usuarios sordomudos, pero como bien explican en la publicación norteamericana, la posibilidad de expresarse mediante chat de texto, a través de lengua de signos, o combinando ambas formas, aporta riqueza a la comunicación.


De hecho, y esto es algo que sorprende (por lo menos, a mi me ha pasado), AT&T ya experimentó con los primeros videoteléfonos pensando en las personas sordomudas en una fecha tan distante como 1927.


No obstante, las herramientas de videoconferencia también presentan problemas que la audiencia sordomuda que emplea la lengua de signos debe solucionar, por lo menos en la lengua de signos americana (ASL, por sus siglas en inglés), aunque es algo extrapolable al resto de lenguas de signos del mundo.


El primero de estos problemas se relaciona directamente con el material empleado para la videoconferencia y cómo interaccionamos con él; si en una comunicación en persona vemos todo el cuerpo de nuestro interlocutor, y la televisión es suficientemente versátil para ofrecernos planos amplios con la calidad idónea, las pequeñas pantallas y el escaso ángulo que presentan conducen a que veamos a nuestros interlocutores desde más arriba de la cintura. Y esto es un problema para la realización de varios signos.


Por ejemplo, Scientific American explica que la palabra ‘cuerpo’ se realiza moviendo ambas manos simultáneamente desde los hombros hasta la parte superior de las caderas que, muchas veces, queda oculta en la videoconferencia.


Pero si esto es un problema, la solución ha sido hallada por las personas que emplean esta lengua para comunicarse: ‘recortar’ la trayectoria que siguen las manos hasta el pecho.


Otro problema tiene que ver también con el tamaño de la imagen, pero también con la definición del vídeo, algo directamente relacionado con el ancho de banda. Y es que algunos signos involucran pequeños gestos con los dedos o con una sola mano (como es el caso citado por la publicación de números y colores), sutiles y que pueden no ser bien captados trabajando con una definición baja o una pantalla demasiado pequeña.


Para superar esta dificultad, solamente queda ir más despacio al realizar los signos, hacerlos más lentamente para que puedan observarse bien, e incidir más sobre ellos.


Y, por si todo esto no fuera poco, la perspectiva también puede jugar malas pasadas: hay signos que se interpretan en un entorno tridimensional, como hablar con tiempos verbales pasados (en los que, por ejemplo, se mueven las manos hacia atrás del cuerpo), o con tiempos verbales futuros (movimiento hacia adelante), así como lo que Scientific American llama “signos compartidos”, y en los que se necesita apuntar a otra persona para hacer referencia a ella.


¿Como se solucionan estas situaciones? Pués inclinando el cuerpo unos 30 grados para mostrar explícitamente en qué sentido se mueven las manos y hacia adonde apunta el intérprete.


Según los lingüistas consultados por Scientific American, todavía es pronto para decir si estos cambios han llegado para quedarse, o bien cuando la situación vuelva a la normalidad, desaparecerán y la lengua de signos volverá a su estado anterior a la pandemia.


¿Y aquí?


La situación en Estados Unidos con la lengua de signos americana es clara e interesante, y sé que pese a sus diferencias, las lenguas de signos de todo el mundo se parecen, por lo que imagino que aquí debe pasar lo mismo.


Me cuenta Maria Rosa Cantos, intérprete en lengua de signos y coordinadora de ASOCIDE (Asociación de Sordociegos de España) en Cataluña, que, efectivamente, aquí se está dando el mismo fenómeno. “No es lo mismo realizar la interpretación en signos en una televisión [una de sus compañeras es intérprete en el canal de noticias 324] que en la pantalla de un móvil”, en referencia al tamaño.


Rosa me confirma lo mismo que Scientific American explica para signos como el del cuerpo, que también se acorta, o de enfatizar los movimientos de las manos para que sean bien visibles, y me recalca un aspecto que desconocía: los intérpretes de piel blanca que deben trabajar en televisión visten de oscuro para facilitar la interpretación de los signos realizados con las manos gracias al contraste de su piel con el fondo (ya que los movimientos de las manos se realizan poniendo estas ante el cuerpo), mientras que las personas de piel oscura visten con colores claros para facilitar el mismo contraste y la correcta visualización del signo.