2022 verá la llegada, de forma legal y sin limitaciones, de los vehículos autónomos a las carreteras y calles de Corea del Sur, empezando por los de nivel 3, según la hoja de ruta presentada por el gobierno del país hace un par de semanas.
El nivel 3 de autonomía en la conducción forma parte de los niveles fijados por la SAE (Sociedad de Ingenieros de Automoción, por sus siglas en inglés) para los vehículos autónomos, los cuales son 6 en total que van del 0 al 5.
El nivel 0 corresponde a los vehículos tradicionales sin ningún tipo de ayuda autónoma en los que el ser humano debe realizar todas las tareas de conducción, mientras que en el nivel 5 se invierte la situación para pasar a ser los sistemas de inteligencia artificial los que realicen todas las tareas. En estos últimos vehículos ni siquiera existen dispositivos de control para la interacción humana con la conducción, tales como volante o pedales, imposibilitando así a los pasajeros de manipular la conducción.
En el nivel 3, los vehículos disponen de mecanismos para detectar condiciones del entorno y realizar acciones acorde con lo que detectan, pero todavía requieren que el conductor humano esté atento a la conducción y listo para intervenir. La inteligencia artificial es capaz de acelerar y frenar por sí sola, e incluso llevar a cabo adelantamientos, pero es todavía incapaz de seguir una ruta prefijada de forma completa sin intervención humana.
Para entendernos, son los vehículos que cuentan con función de ‘piloto automático’ que podemos activar en autopistas, autovías u otras vías de largo recorrido.
Para saltar al nivel 4, en el cual el vehículo ya es casi autónomo y puede realizar rutas completas (con todas las maniobras que estas entrañan) de forma desatendida, pero con el piloto humano todavía atento a la carretera y preparado para intervenir si así se necesita, los surcoreanos deberán esperar a 2027, ya que entre 2024 y 2026 se desarrollará el marco legislativo que permitirá emplearlos.
No solamente se trata de adaptar las normas de circulación para permitir la adopción de vehículos autónomos, pues el gobierno también debe legislar en otras materias tales como los seguros o la infraestructura de comunicaciones.
También regulará los procesos de actualización del software de los vehículos; si a día de hoy estamos acostumbrados a que este dé problemas en dispositivos como ordenadores o smartphones, en un coche esto sería imperdonable, ya que podría derivar en accidentes y costar vidas humanas.
La misma hoja de ruta presentada por el gobierno surcoreano tiene previsto ir actualizándose según vaya evolucionando tanto la situación como el mismo sector de los vehículos autónomos, de forma que será flexible y escalable.
