Según informa la CNN, un equipo de científicos de la Universidad de Vermont (Estados Unidos) junto al Allen Discovery Center de la Universidad de Tufts, han anunciado la creación de los primeros robots basados en organismos vivos que son, además, capaces de autoregenerarse.
Estos robots han sido bautizados como Xenobots, ya que han sido creado a partir de células madre de la rana Xenopus (que en latín significa ‘pie extraño’), y miden menos de un milímetro, lo que les permite viajar por el interior del ser humano, donde pueden desplazarse nadando entre los fluidos o caminando sobre los tejidos, y sobrevivir durante semanas sin ningún alimento.
Estos robots pueden ser programados y trabajar en grupos, funcionalidades que los dotan del verdadero potencial para desempeñar las tareas que realizarán en un futuro: arreglar tejidos tanto en heridas internas del cuerpo como en la parte interna de heridas con salida al exterior, transportar medicinas y drogas en el interior del cuerpo humano hasta desplegarlas allí donde más se necesiten (ayudando con ello a un efecto directo de las medicinas que ahora es imposible lograr), reprogramar tumores para que se conviertan en tejidos sanos, transitar por nuestras arterias para limpiarlas, o incluso reparar defectos congénitos.
Pero sus posibilidades no terminan dentro del cuerpo humano, sino que también en el exterior pueden ser de gran utilidad: limpiando residuos tóxicos y radioactivos, o recogiendo microplásticos en los océanos, por ejemplo.
Y debido a que el proyecto ha sido financiado por la DARPA (Defense Advanced Research Projects Agency) es de temer -y esta es la posibilidad que más miedo da- que tengan también una aplicación militar.
Al estar formados por material biológico, estos Xenobots no son dañinos para el medio ambiente, y se pueden integrar bien en entornos biológicos como el interior del cuerpo humano o de otros animales, sin generar rechazo.
Capacidades autocurativas
Al probar a cortar por la mitad uno de estos nuevos robots biológicos, el resultado fue sorprendente: se autoreparó y continuó moviéndose.
Esta característica es muy interesante, puesto que nos revela que estos robots continuarán con su misión aunque sufran problemas en el camino a su destino, pudiendo autorepararse de una forma sencilla con lo que tengan a mano.
Además, las células madre no tienen una forma definida, por lo que es posible darles cualquier forma, la que vaya bien para llevar a cabo la función para la que estos robots sean diseñados, incluyendo distintas formas específicas para cada una de las misiones a realizar.
Así, y en un mismo grupo de Xenobots, podríamos encontrar unidades con formas distintas, cada una preparada para abordar una parte concreta de la misión.