Pese a que constituye la base de la actual microelectrónica, el silicio no es precisamente un material óptimo para acometer la tarea de transferir información a golpe de impulsos eléctricos, aunque sea el mejor que hemos tenido hasta ahora. Esto es así porqué, en primer lugar, se calienta con facilidad, algo que podemos notar cuando ponemos la mano en la parte trasera de un dispositivo electrónico que hemos estado utilizando de forma muy intensiva, tal como un ordenador o una tablet. Pero es que, además y en segundo lugar, gestiona mal las partículas equivalentes a los electrones pero con cargas positivas.
Todo esto nos lo explican en un artículo de SciTech Daily en el que nos informan sobre el descubrimiento de un nuevo material que supera estos problemas del silicio y que, por lo tanto, podría erigirse en el futuro de la microelectrónica... si es que somos capaces de encontrar una forma de producirlo masivamente, tanto de forma técnica, como a nivel de coste económico.
El equipo de investigadores que ha conseguido este logro ha sido capitaneado desde el prestigioso MIT (Massachussets Institute of Technology), con sede en Boston, pero que también ha contado con el concurso de otras entidades educativas y de investigación estadounidenses, como la Universidad de Houston entre otras.
El nuevo material ha sido bautizado como arseniuro de boro cúbico (cubic boron arsenide), y además de presentar una excelente conductividad térmica que multiplica por diez la del silicio, también conduce correctamente tanto los electrones como sus contrapartidas cargadas positivamente. Según los investigadores que lo han descubierto, y en palabras de las que se hace eco SciTech Daily, es el mejor material semiconductor jamás descubierto.
El descubrimiento se encuentra en una fase muy temprana y, de hecho, las piezas de arseniuro de boro cúbico creadas y examinadas hasta ahora, son pocas e irregulares debido a que no se ha sistematizado su producción.
Antes de que podamos llegar a ver dispositivos basados en este nuevo material, en primer lugar habrá que determinar la forma de producirlo en serie, de manera sistematizada y uniforme (con las mismas propiedades en cada pieza para que produzca idénticos resultados) y, después, si dicha forma sale a cuenta en términos económicos.
Según el resultado de dichos estudios, en un futuro a largo plazo podríamos llegar a ver la completa sustitución del silicio como base de los dispositivos microelectrónicos, por el presente material, o bien como queda confinado en determinados nichos o tipos de dispositivo por sus cualidades intrínsecas.
Entre estos últimos podríamos tener los láseres, en los cuales actualmente se utiliza sobre todo el arseniuro de galio, de propiedades similares al silicio. También lo podríamos llegar a encontrar en los coches eléctricos, para optimizar su consumo y evitar su calentamiento.