Pese a que en muchos medios ha pasado bastante desapercibido, el frente cibernético de la guerra en Ucrania también está teniendo su importancia.
Dicho frente ha presentado una cierta ventaja para el agresor, Rusia, ya que muchas veces la atribución de una acción de guerra cibernética es muy vaga o, directamente, imposible, puesto que puede ser llevada a cabo por grupos independientes, con vinculación indirecta al estado que los patrocina. Esto pudimos verlo, por ejemplo, antes del estallido del conflicto armado convencional, por una serie de ciberataques perpetrados a instituciones y entidades bancarias ucranianas.
Estos ciberataques consistieron tanto en las típicas denegaciones de servicio (DDoS en lenguaje técnico, es decir, mandar un número excesivo de peticiones al servicio para bloquearlo) como mediante malware que destruía los datos en los sistemas en los que se ejecutaba. Este último fue detectado el pasado 23 de febrero (un día antes del ataque ruso) por la firma eslovaca de ciberseguridad Eset, tal y como esta misma explicaba en Twitter.
Paralelamente a la oleada in crescendo de ciberataques, también se avivaba la campaña de desinformación en las redes sociales, tal y como nos lo explican desde Janes, organización dedicada a la recolección y análisis de OSINT.
Todo esto, junto con el hecho de que prestar ayuda en el campo cibernético es, a priori, menos peligroso e involucra menos directamente a un tercer estado en el conflicto, ha llevado a que la Unión Europea se involucre activamente en esta área ya desde antes del estallido del conflicto armado convencional.
Y, finalmente, otro factor viene a sumarse a la contienda librada: tanto en Ucrania como en Rusia, tenemos presencia de un gran número de cibercriminales, los cuales estos días -y según informa Bleeping Computer- están apoyando a sus respectivos bandos.
Ello redunda en que tanto cibercriminales como hackers de uno y otro país hayan visto limitado o impedido su acceso a foros especializados en línea. Además, y como siguen explicando en Bleeping Computer, un hackeo ha conllevado la exposición de datos personales de miembros del FSB ruso (el servicio de seguridad y contrainteligencia).
En todo conflicto moderno, el teatro de operaciones cibernético cobra una especial importancia, ya que permite -como he indicado antes- la realización de acciones de sabotaje y de inteligencia a través de proxies y, con esta denominación, no me refiero a la herramienta informática, si no al empleo de grupos a los que difícilmente se puede relacionar con pruebas fehacientes con un actor estatal, como son los grupos de cibercriminales y/o hackers independientes.
