En el momento de escribir estas líneas, Dune (basada en la novela homónima de Frank Herbert) es la última superproducción hollywoodiense que se ha estrenado en las salas de cine, la cual, y como es habitual, incluye toda suerte de efectos especiales de última generación para hacer todavía más realista el mundo de ficción en el que se desarrolla la acción del film. Y, no obstante, para escribir el guión de esta película, no se utilizó precisamente un ordenador y un software de última generación.
Eric Roth, el veterano guionista (76 años) sobre cuyas espaldas recaen títulos como Forrest Gump (por el cual ganó el Oscar al mejor guión adaptado en 1994), El hombre que susurraba a los caballos, Múnich, El curioso caso de Benjamin Button, o Ha nacido una estrella entre otros, ha confesado que el guión de Dune, como del resto de sus obras, lo ha escrito utilizando un antiguo programa de MS-DOS llamado Movie Master.
De esta revelación se han hecho eco diversos medios online, como Vice, que publica también una entrevista realizada al autor y colgada en YouTube.
Una de las curiosidades de Movie Master es que solamente tiene espacio para guardar 40 páginas de memoria, y que Roth lo ejecuta en un vetusto ordenador que funciona con Windows XP, y en el cual no tiene conexión a Internet.
Esto, que a priori puede parecer un completo atraso para trabajar, ofrece en realidad algunas ventajas que, tal vez, nos puedan inspirar. Es el caso del total aislamiento del exterior y lo que esto brinda para concentrarse en el trabajo.
Como bien dice el autor del artículo de Vice, mientras escribía dicha pieza, se ha “despistado” para echar un vistazo a Twitter por lo menos cinco veces, lo que significa pérdida de tiempo, pero también pérdida momentánea de la concentración. Sin conexión a Internet, esto no pasa. Obviamente, el tema de las distracciones es de disciplina mental, pero si no tenemos las tentaciones a nuestro alcance, es más difícil caer en ellas.
También es cierto que es más fácil convertir en guión un libro, que podemos tener en papel, que redactar un artículo para cuya elaboración necesitamos consultar datos en la red, prescindiendo de la conexión a Internet.
Como bien dice Matthew Gault, autor del artículo de Vice, Roth no es el único que no ha querido evolucionar acorde a los tiempos y se mantiene en el uso de herramientas vetustas pero efectivas en su cometido: también George RR Martin, autor de la saga de Juego de Tronos, es conocido por utilizar WordStar para MS-DOS, un procesador de textos que, junto a WordPerfect, fueron los dominantes a principios y mediados de la década de los ochenta del siglo pasado y hasta la irrupción del entorno gráfico Microsoft Windows y el paquete Office (con el procesador de textos Word de la misma Microsoft).
Otra ventaja es que el ordenador con el que trabaja no puede ser hackeado, por lo menos, a distancia. Para robar o comprometer algo, los asaltantes deben tener acceso físico a la máquina.
Pero a cambio de la ventaja de no desconcentrar al usuario con la tentación de repasar Twitter, Facebook, ver las notícias, o cualquier otra actividad en línea, el uso de este tipo de software tan antiguo comporta un gran quebradero de cabeza: el de los formatos.
Una vez tiene finalizado su trabajo con el programa de creación de guiones, Roth debe imprimir lo que ha escrito, y entregarlo para que lo escaneen y lo pasen por un OCR (reconocedor de carácteres), con lo cual quedará en un formato que los demás artífices de la película podrán utilizar.
Si hay que hacer cambios a posteriori, Roth debe desplazarse para trabajar en los ordenadores de la productora, el director o de quien corresponda.
