Después de unos meses convulsos podemos echar la cabeza hacia atrás y hacer una valoración sobre los acontecimientos sucedidos en el mundo árabe. Las reyertas y la muerte siguen en algunos casos como en el que enfrenta a Gadafi con el pueblo Libio, de todos modos el caso Marroquí es para muchos la trompeta del fin de fiesta.
Es en el caso de la aportación e importancia de las NNTT y sobretodo las redes sociales en estos movimientos revolucionarios, lo que nos interesa de todo el asunto. ¿Hasta que punto han sido primordiales las tecnologías de la telecomunicación para que se desarrollara la protesta popular? La verdad es que en este tema como en tantos otros también existe disparidad de opiniones.
Los expertos apuntan el fenómeno de las redes sociales como uno de los más importantes en este caso. Algunos incluso afirman que si en Marruecos no ha cabido la revolución se debe a que ésta se ha efectuado por los caminos tradicionales de la vieja izquierda. En el mundo árabe hay dos elementos conviviendo en una típica relación: el miedo y las ansias de cambio. Nadie se decide movilizar, siendo así el primero en salir a la calle, si no tiene la certeza de que su vecino va a hacer lo mismo. Las redes sociales han posibilitado que todo el mundo sepa que el vecino también está con él.
De todas formas tal y como algunos analistas consideran, no siempre lo aparecido en la red es una replica de lo que sucede en el mundo sensitivo. Los adheridos a una manifestación no son los mismos que el día siguiente recorrerán las calles en nombre de la libertad.
Por otro lado no hay que desdeñar en ningún caso la capacidad de movilización de estos pueblos. Con redes sociales o sin ellas, el mundo árabe un día u otro habría acabado explotando.