Lo sé: el titular es provocador, hasta tal punto que alguien puede preguntarse
si no es puro clickbait. Y, no obstante, una de las líneas de investigación que
se están siguiendo en este caso acaecido en Corea del Sur (sí, porque hay
investigación abierta), consiste en preguntarse si se le había ordenado que
trabajara demasiado, y/o demasiado duro, lo que habría llevado a un
comportamiento extraño, motivando un suceso fatal para el robot.
Los hechos se dieron en el ayuntamiento de Gumi, un municipio situado en la
parte central de Corea del Sur, cuando un robot de servicio (las fuentes, como el Tech
Report, indican que recibía como nombre Robot Supervisor) fue hallado por
personal humano del ayuntamiento, a los pies de una escalera, con evidencias de
haberse precipitado por ella.
Dicho robot, fabricado por una compañía estadounidense, y similar a los modelos
que se emplean en algunos restaurantes, realizaba tareas de transporte de
documentación, disponiendo de la capacidad de llamar al ascensor para
trasladarse entre los distintos pisos del edificio municipal, además de también
poder proporcionar información e indicaciones a los funcionarios y a visitantes,
desempeñando funciones de promoción turística si se daba el caso.
Los funcionarios municipales entrevistados por diversos medios también afirmaron
que, pese a tener un turno de 9 de la mañana hasta las 17 horas, a este robot se
le encargaba una gran cantidad de trabajo.
Precisamente, por su incapacidad para transitar por las escaleras, y su
capacidad para poder interaccionar con los ascensores, es extraño que haya
intentado bajar unas escaleras. Algunos trabajadores municipales han afirmado
que, instantes antes de que se diera el incidente, lo vieron actuar de forma
extraña, dando vueltas obsesivamente sobre un mismo punto, según
explican en el Times of India.
Pese a que la acción de despeñarse por las escaleras pueda ser debida a un fallo
en la lógica (la IA) del robot, tampoco debería quedar descartado algún tipo de
fallo mecánico, como en las comunicaciones o en los sensores. Y pese a que la
psicología robótica está todavía muy poco desarrollada, la mayoría de las
publicaciones online han hablado de ?suicidio?, cuando no hay pruebas en uno u
otro sentido.
Porque ¿cómo definimos el suicidio? Según la Wikipedia, es ?el acto por el
que una persona se provoca la muerte de forma intencionada?. Evidentemente,
en el caso que nos ocupa, debemos cambiar la persona por el robot, y es cierto
que fue él mismo quien provocó su ?muerte? (aunque esta sea figurada) al
intentar una acción para la que no estaba preparado, pero nos queda un elemento
decisivo para calificar este incidente como de ?suicidio?: la provocación
intencionada de este.
Es decir, que para ser considerado un suicidio, el robot debería haber sido
?consciente? de que despeñarse por la escalera provocaría un suceso trágico que
desembocaría en el fin abrupto de su funcionamiento (que es como podríamos
definir la ?muerte? de un aparato cualquiera, inteligente o no). Y, para afirmar
esto, se necesitan pruebas.
Algunas de las piezas de este robot (sin especificar cuáles) han sido recogidas
y enviadas a la compañía fabricante para su análisis. Tal vez de su estudio,
puedan salir conclusiones que apunten a que, efectivamente, fue una suerte de
suicidio (que sería el primero de un robot), o bien solamente un problema de
funcionamiento incorrecto que desembocó en un accidente convencional.