Aunque es poco probable que afecte en lo más mínimo a Europa (o, ya puestos, a cualquier otra parte del mundo fuera de los Estados Unidos), la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) podría ver un cambio de sus políticas con el advenimiento de la futura administración Trump, lo que ha motivado a Fierce Networks, un portal dedicada a explicar el rumbo que toman las industrias de la conectividad (inalámbrica, cableada, y de la nube), a elucubrar qué consecuencias podría tener ello para la política tecnológica del país.
Históricamente, el partido en el poder en Estados Unidos, mantiene una mayoría de 3-2 en el consejo directivo de la FCC, lo que les permite implementar la agenda del presidente en el terreno tecnológico. Tradicionalmente, el presidente en funciones de la FCC renuncia, permitiendo al nuevo mandatario designar un nuevo líder para la agencia que, evidentemente, es de su mismo color político.
Para esta nueva etapa, se espera que la FCC esté liderada por el comisionado Brendan Carr, quien es, a día de hoy, el candidato más probable para asumir el cargo. Aunque Trump no ha especificado su elección para presidente de la FCC, es el republicano de mayor antigüedad en la comisión y ha sido señalado por analistas como la opción más viable.
Carr ha contribuido con un capítulo al programa electoral de Trump, donde detalla la visión conservadora sobre el futuro de la FCC bajo un presidente republicano. Entre los puntos destacados de su propuesta se incluyen:
- limitar el poder de las grandes empresas tecnológicas mediante la eliminación de las protecciones de la Sección 230 de las que actualmente disfrutan las compañías de internet.
- obligar a las empresas de Internet a contribuir al Fondo de Servicio Universal (USF).
- ampliar la lista de empresas consideradas como un riesgo para la seguridad nacional.
- financiar completamente el programa "Rip and Replace" para reemplazar equipos de telecomunicaciones sospechosos.
En relación al USF, algunos analistas anticipan que una reforma podría proceder también del Congreso, en el que los republicanos también contarán con mayoría y que el conocido senador Ted Cruz de Texas podría asumir un papel clave, abogando porque el USF sea financiado mediante asignaciones del Congreso en lugar de tarifas impuestas a proveedores de banda ancha o a grandes tecnológicas. Esto permitiría a los legisladores tener un mayor control sobre la asignación de fondos y las reglas establecidas para los programas de banda ancha bajo la FCC.
En los próximos 75 días, es posible que la actual presidenta de la FCC, Jessica Rosenworcel, intente avanzar en regulaciones como el mandato de desbloqueo de teléfonos en 60 días, ajustar las reglas de fijación de postes, o eliminar cláusulas restrictivas en contratos de programación por cable. Sin embargo, estos esfuerzos podrían ser revertidos por una FCC liderada por Carr o anulados bajo la Ley de Revisión del Congreso.
En cuanto a la agenda potencial de Carr, en el programa electoral republicano, este también aboga por liberar más espectro para servicios inalámbricos, aunque la autoridad de subasta de la FCC expiró en marzo de 2023 y todavía no ha sido renovada. Propone eliminar políticas que permiten el uso de fondos de banda ancha para la construcción redundante de redes, y mejorar la coordinación en políticas de espectro y gastos en infraestructura.
Además, Carr se ha opuesto a las reglas de neutralidad de la red adoptadas por la FCC, y a las regulaciones destinadas a controlar el uso de inteligencia artificial en anuncios políticos. También ha criticado la decisión de la FCC de revocar la adjudicación de 885 millones de dólares del Fondo de Oportunidades Digitales Rurales (RDOF) a Starlink, calificándolo de "acoso regulatorio" hacia Elon Musk.
Este último punto es relevante ya que Musk podría beneficiarse si las políticas del programa de 42.000 millones de dólares para la Equidad, Acceso y Despliegue de Banda Ancha (BEAD, por sus siglas en inglés) se inclinan a favor del servicio satelital de Starlink. Aunque la FCC no administra el BEAD—esa responsabilidad recae en la Administración Nacional de Telecomunicaciones e Información (NTIA)—Musk probablemente encontraría un aliado en Carr.
Asimismo, Trump podría apoyar a Musk; en un reciente episodio del podcast de Joe Rogan, el presidente electo comentó sobre el BEAD que "estamos gastando un billón de dólares para llevar cables por todo el país, hasta áreas rurales donde hay dos granjas, y están gastando millones de dólares para tener un cable. Elon puede hacerlo gratis".