Esta historia ha sido posible sólo con la magia que tiene Internet de poder acortar distancias tanto espaciales como temporales, y de contar con la ayuda de otros internautas para conseguirlo.
Julie Lund, oriunda de Dewsbury (en West Yorkshire, Inglaterra), sabía que su padre biológico no era la persona que compartía su vida con su madre (esta sí, biológica), y con la pérdida de ambos a principios de este año, decidió lanzarse a la búsqueda de su padre biológico, al que no había visto desde que tenía un año de edad.
Entonces, la madre y la hija tuvieron que mudarse a Lancashire, pero por motivos no explicados (ni siquiera en este testimonio a la BBC), la comunicación entre ambos progenitores se rompió, con lo que perdieron la pista.
Lund actualmente reside en Lincolnshire, a una hora aproximadamente en coche de Dewsbury. Siempre tuvo la voluntad de conocer a su padre biológico, pero no le resultó posible hasta este mismo año.
Para buscarlo, posteó una petición en el grupo local de Facebook de la población en la que reside su padre, Brian Rothery, que alguien hizo llegar al hombre.
Tras su primer encuentro, y ya habiendo ganado una nueva familia (la de su padre biológico y la mujer con la que este comparte su vida), Lund publicó una instantánea del reencuentro en las redes sociales, que ganó rápidamente hasta casi un millar de ‘likes’, que a buen seguro a estas horas ya son más.
En Internet existen iniciativas como la de MyHeritage, que a través del análisis de ADN (con un kit de fácil uso que podemos adquirir a través del mismo servicio), buscan poner en contacto a familiares que han perdido sus respectivas pistas, con numerosos casos de éxito en su haber.