Podríamos estar a tan sólo unos días de saber cómo será el servicio de streaming de contenidos audiovisuales de Apple. Y digo que podríamos porque podría ser más tarde o más pronto, pero de lo que no hay duda es de que lo va a presentar.
Y aún hay menos dudas desde que a Reed Hastings (CEO de Netflix) se le escapó que la compañía que dirige había decidido declinar la invitación de Apple para integrar los contenidos producidos por Netflix en el servicio de la compañía de Cupertino. O, por lo menos, así lo dió a entender.
Ver entrar a Apple en este sector, nuevo para ella, no sería raro; al fin y al cabo, ya rompió moldes con iTunes cuando algunos -muchos- no apostábamos a que entrara en el sector de la distribución de música porque “no era lo suyo”. Y me incluyo, ya que hasta última hora, pensé que iba a hacer algo con Sony Music, pero no como ha resultado ser iTunes. Y mucho menos por cuenta propia.
La cuestión aquí es si Apple va a ser productora o si simplemente va a lanzar un servicio con contenidos de terceras partes, y como de innovadora va a ser, si es que lo es. Porque un servidor es de la opinión que Apple, desde que se fue Steve Jobs, ya no tiene el arrojo para atreverse a cruzar límites (o, en algunos casos, directamente dinamitarlos) que tenía antes.
La compañía de la manzana tiene todo el dinero del mundo para invertir en este proyecto e incluso le quedaría para diversificar. Además, con un mercado de los smartphones que se está frenando (ya que los usuarios alargan la vida de sus terminales), y con unas ventas de sus iPhone que están declinando en muchos mercados, Apple necesita revitalizar su negocio y abrir nuevas vías de ingresos para seguir ganando millones.
Hay que recordar que las acciones de la compañía cayeron hasta un 30% entre finales del año pasado y principios del presente, y que su revitalización se ha acelerado a partir del momento en que se ha sabido que iba a entrar en este sector. El rastro, más que de migas de pan, es de bollería industrial, de los que engordan (las cuentas de resultados).
Además, una competidora como Amazon (que se está erigiendo en todo un referente en el terreno de los asistentes digitales inteligentes con Alexa, incluso más que el Siri de Apple) está en ese sector, así que Apple, que ve cómo los chicos de Jeff Bezos le comen terreno, va a tener que estar también en un momento u otro. Y ahora es tan buen momento como cualquiera.