Cometer un error tipográfico mientras escribimos -cómo cambiar una letra por otra, o dejarse una letra- es una de las cosas más fáciles del mundo. Y ello explica como mensajes de correo intercambiados entre funcionarios de las instituciones de defensa de los Estados Unidos, cuyos nombres de dominio poseen la extensión .mil, han acabado yendo a servidores de Mali, que tienen la extensión .ml, revelando con ello datos secretos a un país que tiene fuertes vínculos con Rusia.
Todo depende de una simple letra, la “i” en este caso, que marca la diferencia.
Lo explica el Financial Times, que cita la cifra de millones de correos (sin concretar más el número) procedentes del ámbito militar estadounidense que habrían acabado en servidores malianos por este error tipográfico.
Entre la información sensible que se habría visto expuesta a miradas ajenas (e indeseadas para los militares estadounidenses), podrían encontrarse documentos diplomáticos,listas de tripulaciones de barcos, contratos, informes de inspección naval, contraseñas y detalles de los viajes de altos oficiales.
Pese a que esta información salta ahora a la palestra pública, el problema no es nuevo, y el primer aviso saltó hace ya casi una década, cuando el emprendedor neerlandés Johannes Zuurbier, quien tuvo hasta el pasado lunes día 17 de julio, un contrato para gestionar el sufijo de dominio .ml, avisó de ello.
Zuurbier ha estado recolectando correos electrónicos mal direccionados desde enero en un esfuerzo para persuadir a la administración estadounidense de tomarse en serio el problema. En este tiempo, ha sido capaz de recoger hasta 117.000 mensajes mal dirigidos, con un millar de mensajes en un solo día.
Ya hace tiempo, el mismo Zuurbier recibió solicitudes para dominios como army.ml y navy.ml, que no existían y eran muy parecidos a sus homólogos .mil. Sospechando que se trataba de trampas para captar correo electrónico, estableció un sistema para interceptar cualquier correspondencia de este tipo, que se vio rápidamente superado por volumen y, por ello, tuvo que retirarlo.
Ahora, el gobierno de Mali es quien vuelve a tener el control sobre el sufijo de dominio del país, y este gobierno -que es una junta militar surgida del golpe de estado de 2021- es aliado de Moscú. De hecho, organizaciones no gubernamentales a nivel global, han denunciado las acciones contra la población civil perpetradas por mercenarios del Grupo Wagner, que actúan con bastante libertad en el país, después de que la junta militar expulsara a las tropas francesas presentes en esta ex-colonia gala.
A partir de ahora, el gobierno maliano podrá recolectar los mensajes de correo mal direccionados y pasarlos directamente a Moscú para su análisis. El gobierno de Mali no respondió a las preguntas del Financial Times al respecto.
Otros gobiernos, como el australiano y el neerlandés, se han visto también afectados por este problema, sobre todo al enviar correspondencia a sus homólogos estadounidenses. Ambos gobiernos han rehusado realizar declaraciones al Financial Times.