Mark Zuckerberg tiene en mente ofrecernos un servicio de noticias a través de Facebook con el objetivo de proporcionarnos información libre de fake news.
No es que, ahora, Facebook vaya a convertirse en editora de noticias, ya sean estas en vídeo o en texto, si no que va a trabajar codo con codo con editores seleccionados, para ofrecernos contenidos curados y seleccionados, así como verificados (esperad una práctica habitual de fact check).
Como era de esperar, el anuncio de Zuckerberg (que no oficialmente de Facebook, pues es algo en lo que el fundador de la red social está trabajando aún) ha levantado ampollas, tanto entre el público final, como entre algunos medios de comunicación, y la propuesta ya tiene sus defensores y detractores.
A cualquiera de nosotros nos puede dar la sensación de que, si esta iniciativa continúa adelante, las noticias que veremos en la red social serán las que quieran desde Facebook.
La propuesta de Zuckerberg se enmarca en el intento por lavar la imagen de la red social sobre su papel pasivo en la propagación de fake news, algo más atribuible sin duda a los propios usuarios que a la organización; todos debemos haber oído hablar del fenómeno de las ‘burbujas’ informativas en las que nos metemos en las redes sociales, y en las que acabamos rodeándonos solamente de la información de los medios que se adecuan a nuestros criterios, y no a ‘picar’ de todo un poco, cual buffet informativo.
Las redes sociales han sobrepasado a la televisión, la radio, periódicos o revistas como vía de llegar a la información periodística (o, en algunos casos, pseudo-periodística) para los consumidores finales. Los algoritmos de una red como Facebook deciden qué contenidos presentar en base a los que el usuario ha ido consumiendo, y es así como los usuarios se van encerrando en sus burbujas particulares, porque los contenidos que se les presentan, se adecuan a lo que han leído en el pasado, a las informaciones que les han interesado, escondiéndoles informaciones de sentido contrario.
Ahora imaginemos un servicio supervisado por Facebook. ¿Dejaría la red social pasar un artículo crítico con su servicio? ¿O que pusiera en duda una noticia publicada de otro medio?
¿Hasta qué punto sería permeable a los medios locales? ¿Qué oportunidades tendrían los nuevos medios salidos de iniciativas como, por ejemplo, cooperativas?
No es tampoco la primera incursión de un potentado del mundo de la tecnología en el sector de los medios de comunicación; en 2013, Jeff Bezos (fundador, CEO y presidente de Amazon) adquiría el mítico Washington Post.
El poder de los medios de comunicación también seducen a los nuevos ricos del mundo de las tecnologías.
