Uno de los miedos que el avance de la tecnología de la inteligencia artificial ha provocado, es el de perder el puesto de trabajo a manos de un sistema informático inteligente que haga nuestra tarea, y que le salga más a cuenta a nuestra empresa que mantener un trabajador humano.
No nos engañemos: este miedo está fundamentado, y a largo plazo muchos puestos de trabajo se van a ir al garete sustituidos por inteligencias artificiales. Y, de ahí, iniciativas como la renda universal, que buscan garantizar la subsistencia digna de las personas independientemente de que estas tengan o no un puesto de trabajo.
Por el momento, la tecnología de la inteligencia artificial no ha evolucionado lo suficiente como para desbancar a la mayoría de los trabajadores humanos a los que algún día hará peligrar su trabajo, pero se empieza a utilizar, y es uno de los temas estrella en los eventos dedicados a la tecnología.
Un buen ejemplo de esto es el Gartner Symposium, celebrado en Barcelona entre el 3 y el 7 de noviembre de este año por la prestigiosa y conocida consultora. En las ediciones de los últimos años, la inteligencia artificial, su encaje entre las aplicaciones corporativas, y sus usos tanto presentes como futuros, han estado bien patentes, y la edición de este año no ha sido una excepción.
No obstante, y a diferencia de lo que muchos pensarían, Gartner no aconseja prescindir del trabajador humano sustituido por una inteligencia artificial, sino que esta última sirva de apoyo (de ayuda, de ‘muleta’ si lo prefieren) al trabajador.
La capacidad de improvisación que posee un ser humano ante los retos más dispares, en contraste con la falta de esta habilidad por parte de la inteligencia artificial, da valor según la consultora, a la persona ante la máquina.
Pero la inteligencia artificial sí puede ser una ayuda para que el profesional humano desarrollar su trabajo de una forma más rápida y eficiente.
El caso típico expuesto por Gartner ha sido el de un call center, en el cual la atención al cliente la llevan a cabo personas, pero personas que cuentan con la ayuda de sistemas de inteligencia artificial que las ayudan, por ejemplo, sugiriendo productos o servicios de entre un amplio abanico, que pueden servir para satisfacer las necesidades concretas del cliente que se encuentra al otro lado de la línea telefónica.
Así que, por el momento, todos nosotros podemos respirar un poco más tranquilos sobre el futuro de nuestro puesto de trabajo. Un poco. La cuestión será como podremos respirar en el futuro a medio y largo plazo cuando la tecnología haya avanzado lo suficiente.