Italia, Alemania y Austria han sido los primeros países en adoptar la medida, que permitirá a las operadoras de estos países proporcionar datos geolocalizados de sus usuarios (previamente anonimizados) a las autoridades para investigar posibles violaciones del confinamiento, según informa el South China Morning Post entre otros rotativos.
La anonimización de estos datos es necesaria para cumplir con las leyes europeas de protección de datos, y constituye un enfoque menos invasivo en la vida privada que el tomado por otros países como China, Taiwán o Corea del Sur, en los que la identidad del usuario también acaba llegando a manos de las autoridades competentes, según el mismo rotativo.
Obviamente, la medida no ha dejado indiferente, y tiene sus defensores y sus detractores. Estos últimos señalan para empezar que si la gente sabe que están siendo monitorizados, es más que posible que muchas personas dejen su smartphone en casa para poder salir a la calle sin temor.
Evidentemente, también se citan temores sobre el atentado que esto supone para la privacidad de las personas, preguntándose si la medida es estrictamente necesaria e indispensable.
No se descarta que otros países europeos acaben siguiendo la misma iniciativa que esta tríada (si no lo han hecho ya en el momento de escribir estas líneas), con lo que sus respectivos gobiernos tendrán que contar con la aquiescencia y colaboración de las operadoras nacionales, que son quienes deben suministrar los datos.
En España, al menos por el momento, no ha habido movimientos en este sentido, por lo menos no que hayan trascendido a la prensa.