Hasta hace unos días, se disputaban la supremacía en el mercado de los wearables. Una (Google) lo hacía con una plataforma software (Wear OS) versátil y utilizada por varios fabricantes, pero que se encuentra por detrás de otras en un tema tan crucial como la gestión de la batería. La otra (Samsung), lo hace con una serie de dispositivos hardware (smartwatches y pulseras de actividad) que utilizan su propia plataforma (Tizen) cerrado a terceras partes y, por lo tanto, que no ofrece tanta versatilidad a los desarrolladores de aplicaciones.
Ahora han decidido aunar esfuerzos para ofrecer lo mejor de ambos mundos a los consumidores, contando además con el know how de Fitbit, empresa que fabrica su propio hardware y dispone también de una plataforma software propia y de solvencia contrastada por el mercado.
Lo explican ambas, por ejemplo, en el blog de Wear OS. Lo que van a hacer es simple, y consiste en unificar las dos plataformas en una sola, que llevará por nombre ‘Wear’, y que contará con las fortalezas del actual Wear y de Tizen, y es de esperar que con ninguna de las debilidades de cada una de estas plataformas independientes.
Mayor rendimiento, menor consumo de batería, y más diversidad de aplicaciones son los objetivos que ambas empresas se han fijado con esta nueva iniciativa. En el primer apartado los resultados que comunican son prometedores: hasta un 30% de incremento en el rendimiento del sistema y las aplicaciones sobre los últimos chipsets, con unas transiciones en la interfaz de usuario y animaciones mucho más suaves.
A ello se suma la mejora de rendimiento en plataformas que posean un hardware menos potente, también en materia de autonomía.
La unión hace la fuerza... ¿ante el Apple Watch?
No hay duda alguna que en el sector en el que entra Apple, revoluciona el mercado. La firma de la manzana mordida convirtió, casi en el instante de su presentación, al Apple Watch en un icono y un superventas que, a día de hoy, representa entre un tercio y la mitad de los smartwatches vendidos.
Es lógico que tanto Samsung como Google, con un porcentaje escaso ambas, aunque sea significativo, recelen de los de Cupertino, y hayan decidido unirse para hacerle frente con una plataforma abierta a los demás desarrolladores.
En este sentido, cada firma que utilice el nuevo Wear para sus dispositivos tendrá la capacidad de personalizar la interfaz y la experiencia de usuario a su gusto, con lo que -y manteniendo la compatibilidad con las aplicaciones-, podrá ofrecer algo exclusivo a sus clientes.
Para los desarrolladores, habrá una plataforma unificada de desarrollo, aunque lo que todavía no se ha explicado es lo que va a pasar con las aplicaciones y contenidos disponibles actualmente para Tizen y Wear OS.