El conflicto fronterizo en la zona del Himalaya entre los dos países más poblados del mundo ha tenido una traducción al mundo tecnológico, más concretamente al online, y mucho más concretamente a las apps móviles.
Y, todo ello, porque el gobierno indio del primer ministro Narendra Modi ha hecho pública una lista de aplicaciones de empresas chinas cuyo uso ha sido prohibido en la India, bajo la excusa que, dichas apps, llevan a cabo actividades que el ejecutivo indio considera que pueden comprometer la seguridad del país, su soberanía e integridad.
Es, claramente, una acción en respuesta a los incidentes violentos que llevaron, hace unas semanas, a que tropas de ambos países se enfrentaran -eso sí, sin armas de fuego de por medio, ‘sólo’ a pedradas, bastonazos y con los puños- en el valle del río Galwan, con una veintena de bajas por parte india, y un número indeterminado en el lado chino, que algunas fuentes cifran en el doble que los indios, unas cuarenta bajas.
El gobierno indio ha aprovechado, sin lugar a dudas, una corriente mayoritaria que pone en tela de juicio la seguridad de las aplicaciones creadas por empresas chinas, amparándose en la obligatoriedad de estar sujetas a grandes controles por parte de las autoridades de aquel país.
Muchas empresas chinas de producción de software emplean, por ello, un modelo comercial doble: una versión con un nombre para China, totalmente sujeta a las normales legales de aquel país, y otra con un nombre distinto para el resto del mundo y sin la sujeción a las restricciones y monitorización del gobierno chino.
No obstante, en los últimos tiempos han surgido también dudas sobre este modelo, por dos motivos: el primero es que las autoridades chinas ejerzan igualmente censura en las versiones internacionales de las apps de sus empresas domésticas y, el segundo es que no solamente lo hagan aprovechando que los datos se almacenan en servidores instalados en China y, por lo tanto, por ley sujetos al escrutinio estatal, si no que los datos almacenados puedan ser también revisados por las mismas autoridades.
Este caso es el de TikTok, nombre internacional de una app que en el interior de China se conoce como Douyin, y que hace algunos meses era objeto de polémica en los Estados Unidos sobre el acceso que los servicios de seguridad chinos pueden tener a los datos de los usuarios de TikTok, y sobre la censura que podían ejercer en los contenidos.
TikTok es también la principal perjudicada por el movimiento indio, que también perjudica a Baidu Map, el juego Clash of Kings, el popular WeChat, QQ Mail, Weibo, o la aplicación de videollamada de Xiaomi.