Uno de los males que aquejan a la conducción de vehículos rodados desde hace unos años (y que son muchos y diversos) es el uso del teléfono móvil al volante, al mismo tiempo que se conduce, una mala praxis que ya ha provocado numerosos accidentes con víctimas mortales a lo largo y ancho de todo el mundo.
Y pese a que las campañas de sensibilización sobre el tema y los reglamentos que insisten en punir la práctica se multiplican, todavía hay muchos conductores que no quieren ser conscientes ni del riesgo que corren, ni del que hacen correr a los demás.
Ahora, en el estado australiano de Nueva Gales del Sur (en el sureste del país, con capital en Sidney) van a introducir una tecnología pionera basada en la inteligencia artificial para detectar a los infractores de las leyes que prohíben utilizar el teléfono móvil al volante, y sancionarlos.
El sistema estará compuesto de cámaras de detección de alta definición conectadas a un sistema de inteligencia artificial que será el encargado de revisar las imágenes para discriminar si en ellas aparecen conductores haciendo uso del teléfono móvil mientras están al volante. Estas cámaras serán tanto fijas como móviles, montadas en remolques.
Se trata, según las autoridades locales, de un sistema pionero en el mundo, pero la decisión final de si se está infringiendo la ley o no, no va a depender del ordenador: la inteligencia artificial sólo hará una preselección de las imágenes de quien pueda ser candidato a estar cometiendo una infracción de tráfico.
Las autoridades de Nueva Gales del Sur también han querido tranquilizar a la población sobre la privacidad del invento, asegurando que las imágenes serán almacenadas y manejadas de forma segura.
En total, y a lo largo de los próximos tres años, serán desplegadas 45 cámaras. Las autoridades también han indicado que no habrá ningún tipo de cartel de aviso para que los conductores estén más alerta, por lo que podrán pillarlos desprevenidos, al contrario de lo que pasa aquí, por ejemplo, con los radares de velocidad fijos.
También indicaron que en una prueba piloto de esta tecnología (sin consecuencias punitivas) llevada a cabo a principios de este mismo año, unos 100.000 conductores fueron pillados in fraganti utilizando el móvil mientras conducían.