Según el diccionario de la Real Academia de la Lengua, definimos el significado de cultura como el “conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico, industrial, en una época, grupo social, etc.”, mientras que la acepción cultura popular consiste en el “conjunto de las manifestaciones en que se expresa la vida tradicional de un pueblo”.
Por lo que respecta a la edición española de la Wikipedia, esta indica que entre las múltiples definiciones de cultura tenemos la que reza: “los conjuntos de saberes, creencias y pautas de conducta de un grupo social, incluidos los medios materiales que usan sus miembros para comunicarse entre sí y resolver necesidades de todo tipo”.
Con estas definiciones en la mano, responder a la vieja duda de si los videojuegos son cultura es cosa fácil: sí. Sin lugar a dudas, y de forma tajante, los videojuegos son una manifestación cultural por ser una manifestación de una parte de nuestra vida (el ocio no deja de producir cultura, como el teatro o la literatura).
Es probable que sea por ello que la Biblioteca Nacional de España (BNE) ha iniciado una campaña para incrementar su fondo de videojuegos de producción española, solicitando a asociaciones, entidades y personas individuales la cesión de aquellos títulos que todavía no consten en su catálogo.
Desde febrero del año pasado, justo antes de empezar el primer confinamiento debido a la pandemia de COVID-19, la BNE mantuvo reuniones con distintas asociaciones del sector del videojuego, tales como la AEVI (Asociación Española de Videojuegos), la AUIC (Asociación de Usuarios de Informática Clásica), o la DEV (Asociación Española de Empresas Productoras y Desarrolladoras de Videojuegos y Software de Entretenimiento), con el objetivo de mejorar la conservación del patrimonio lúdico digital español, y facilitar el acceso a este.
Mediante el cruce de información correspondiente a los catálogos de títulos que disponen cada una de estas entidades, desde la BNE han llegado a construir una base de datos (que se puede descargar en formato Excel) de los títulos que faltan en la colección de esta institución, y en la que podemos ver también los datos de dichos títulos que le faltan, tales como el autor, lugar de publicación, distribuidor o plataforma sobre la cual corría/corre dicho título.
En dicho catálogo podemos ver, sobretodo, títulos de plataformas históricas de ocho bits tales como el MSX, Amstrad CPC, Spectrum, o Commodore 64, aunque ya alguno de PC e, incluso, títulos para máquinas de arcade.
En el caso de que alguno de nuestros lectores posea alguno de los títulos que busca la BNE y quiera realizar su donación, puede seguir los pasos que la misma entidad indica.
