Un estudio privado, citado por la publicación South China Morning Post indica que los scammers han perfeccionado sus técnicas para engañar a los usuarios, empleando el miedo y la curiosidad sobre la COVID-19 en beneficio propio.
Un scam es, básicamente, una estafa que nos llega por el correo electrónico. Un ejemplo típico de estas prácticas es el scam nigeriano, por el cual un día llega a nuestro buzón de correo electrónico un mail de una persona supuestamente acaudalada y que vive en un país de una zona conflictiva, como determinados estados de África o de Oriente Medio, o del cual haya un cierto desconocimiento en la sociedad occidental y, por lo tanto, se pueda mentir impunemente sobre su situación socio-política.
Estos scams acostumbran a utilizar la ingeniería social, buscando empatizar con el destinatario, para llevarlo a donar dinero en parte por esa empatía y, en otra parte, por una promesa de lucro.
Quien ha llevado a cabo el estudio ha sido el grupo británico de defensa de la privacidad ProPrivacy.
El motivo de este crecimiento en las técnicas de scam es simple: el confinamiento ha llevado a millones de personas a teletrabajar, en muchos casos por primera vez en sus vidas, lo que les ha abierto el uso mucho más intensivo de Internet. Se pasan más horas al día conectados desde sus hogares.
Al mismo tiempo, los scammers también han explotado la sensación de angustia y la necesidad de información sobre la pandemia y sus consecuencias. hasta 125.000 dominios online de un total de 600.000 estudiados, han sido identificados como contratados para la realización de prácticas de scam, con tendencias que buscaban atraer a quienes consultaban cuestiones como, por ejemplo, “¿cuando van a volver mis hijos a la escuela?” o “¿voy a perder mi trabajo?”
Por otra parte, las actividades de phishing también se han incrementado. El phishing consiste en la sustitución de sitios web legítimos por equivalentes fraudulentos cuya apariencia y mecánica de uso es idéntica, pero destinados a capturar desde contraseñas de usuario de servicios populares, hasta las claves de uso de cuentas bancarias u otros servicios online.
Así que estos días hay que estar más atento que nunca, ya que mientras la pandemia afecta a unos, los cibercriminales la utilizan para hacer su agosto particular.