Europa vive en medio de dos fuerzas de terrible magnitud. La primera de ellas es la de los estados que busca sobrevivir y mantenerse inalterables ante un proyecto común. La segunda es la de una Europa que quiere erigirse como un sólo ente que pretende competir con las superpotencias económicas del mundo.
Existen algunos ejemplos de esas dos pulsiones en nuestras vidas diarias. La moneda única es el caso más palmario de lo que quiere ser la construcción de un estado plurinacional. En cambio los distintos marcos laborales habidos en cada país son la otra cara de la moneda: la del Viejo Continente segregado.
Neelie Kroes ha reavivado recientemente el debate entre esas dos inquietudes que en ocasiones tiene mucho más que ver con lo económico que lo referente a la identidad. La Vicepresidenta de la Comisión Europea ha considerado nuevamente que el "roaming" es una locura a nivel económico y una sinrazón de ser en el mercado único.
Con los datos de una encuesta realizada a más de 28.000 ciudadanos de la Unión Europea, Kroes considera que las operadoras de telecomunicación podrían llegar a ganar 300 millones de euros si se inaugurara la era de la itinerancia.
El estudio señala además que el 94 por ciento de los europeos que viajan se limitan a usar su servicio de móvil Facebook por los altos costes que tiene comunicarse con casa desde cualquier país del continente. A esto se le suma que el 25 por ciento apaga el móvil cuando sale de su país de origen mientras que el 20 por ciento sólo envía SMS por el coste que las llamadas tienen.