Un reciente estudio realizado por Sapio Research y comisionado por Wrike revela que los trabajadores de disciplinas creativas se están enfrentando a una creciente carga laboral y, por ello, están recurriendo a la tecnología y, más concretamente, a la última ola de esta, la inteligencia artificial (IA), para manejar este volumen creciente de trabajo.
Más de la mitad de los profesionales encuestados para la realización de este estudio, indicaron que la IA ha mejorado en cierta medida o significativamente su capacidad para realizar las tareas que se les encomiendan.
La investigación, que incluyó a mil líderes empresariales y 2.500 trabajadores de los llamados “del conocimiento”, muestra una discrepancia en la percepción del apoyo a la IA: mientras que los líderes empresariales estiman que aproximadamente el 32% del trabajo de sus equipos es respaldado por la IA, los empleados sitúan esta cifra en torno al 14%.
A pesar de la incorporación de herramientas de IA, los empleados siguen lidiando con una cantidad considerable de tareas de bajo impacto; según el informe, casi la mitad de la semana laboral se dedica a trabajos que no aportan un valor significativo, lo que Wrike estima que representa un coste de más de 15.000 dólares anuales por empleado en trabajo superfluo.
Los líderes tecnológicos tienen grandes expectativas sobre el uso de la IA por parte de los empleados. Al mejorar la recopilación de la información, los flujos de trabajo y las experiencias de usuario, los directores de informática (CIO) buscan potenciar la capacidad de los empleados para centrarse en tareas de mayor impacto. Sin embargo, para la mayoría de las organizaciones, el cambio transformador que promete la IA todavía no se ha materializado.
Los trabajadores del conocimiento consultados informan de un incremento de hasta el 31% en su carga de trabajo durante el último año, y solo un tercio señala que su empleador está tomando medidas para reducir dicha carga.
La falta de claridad y orientación sobre el uso de la IA, puede incluso perjudicar a la forma de lidiar con esta excesiva carga de trabajo. Además, los empleados a menudo no utilizan la IA de la manera que los directivos desean.
Al respecto, un informe de Slingshot indica que casi dos tercios de los empleados utilizan principalmente la tecnología para verificar su trabajo, mientras que la mayoría de las empresas implementan la IA para ayudar en la investigación inicial, la gestión de flujos de trabajo y el análisis de datos. Es decir: hay una disonancia entre lo que la empresa quiere y lo que los trabajadores hacen, consiguen, o disponen de las herramientas para poner en práctica.
En el informe de Wrike se subraya que "para lograr resultados óptimos, el uso estratégico de la IA y la priorización clara a nivel de toda la empresa deben enfocarse por igual, ya que lo primero respalda lo segundo".
Desde esta última compañía también se aconseja a los directivos que se centren en la formación y la experiencia de los empleados en vez de solo en la productividad general o en el volumen de trabajo completado.
Los empleados dan prioridad al trabajo que es valorado por sus superiores y la organización, lo que enfatiza la importancia de comunicar objetivos claros durante la implementación de las soluciones de IA para evitar una proliferación de trabajo innecesario.
La mejora de las habilidades de los empleados al usar herramientas de IA, les permite utilizarlas de una manera responsable y efectiva. No obstante, solamente el 23% de los empleados encuestados siente que posee todas las habilidades necesarias para incorporar la IA en sus flujos de trabajo, según el informe de Slingshot.
