El uso de Inteligencia Artificial ya es una realidad. Según los datos más recientes de INE, hay más de un 8% de empresas que utilizan esta tecnología en su día a día. Las funciones a las que va dirigida son múltiples, desde la simple producción hasta la logística. Sin embargo, destaca un área donde cada vez cobrará mayor relevancia como es el del marketing y ventas. Más del 20% dedica la IA a esta área, lo que demuestra el poder que tiene esta tecnología a la hora de convencer al consumidor.
Más allá de la gestión de datos que suele realizar la IA, una de las claves está en la de las soluciones que permite dar a las personas en apenas unos instantes. El sector del diseño gráfico lo sabe bien, pues la incorporación de la Inteligencia Artificial a sus métodos de trabajo habituales ha supuesto todo un boom, tanto en términos de producción como en términos económicos y de tiempo.
Los creativos siempre se movían limitados entre opciones realistas, presupuesto y tiempo de presentación del proyecto. Una situación de mayor estrés y complicaciones que con la Inteligencia Artificial se reduce notablemente. Gracias a esta tecnología, basta con detallar qué representación se quiere hacer para que, con la información de miles de imágenes, se recree el proyecto diseñado por el creativo.
“De momento, la AI nos permite a los diseñadores alcanzar mejores resultados y optimizar nuestro tiempo.” explica Anna Pallerols, jefa del área de Diseño Gráfico en la escuela LCI Barcelona. La AI emplea como herramienta para que diseñadores puedan sacar el máximo partido a su trabajo, y conseguir diseños con un coste más reducido.
En resumidas cuentas, la IA recorta notablemente el tiempo de producción y, por lo tanto, el presupuesto a destinar. “Se pueden generar menos costes, pero hay que tener en cuenta que todo depende del proyecto y del buen uso que hagamos de estas tecnologías”. matiza Pallerols.
Esta tecnología, además, amplía notablemente el poder creativo de los expertos. Los limites para recrear posibles composiciones desaparecen y, además, la originalidad estará asegurada al partir de una fusión de información.
De igual manera, el diseñador gráfico deberá ajustarse a la época del Metaverso. La necesidad de realizar diseños de espacios interactivos y plenamente inmersivos, potenciando el 360º y el realismo, serán una de las grandes peticiones que hagan las compañías cuyo objetivo es estar presente en ese nuevo mundo virtual.