La IA ha revolucionado la medicina. Aunque el factor humano y la experiencia de los médicos siempre será necesaria, combinar estos conocimientos con las facilidades que aporta la IA permite obtener resultados clínicos mucho más óptimos. Es decir, se mejora la salud de las personas. Son muchos los ámbitos de la medicina en los que se están obteniendo mejoras gracias a esta tecnología, como es en el caso de enfermedades degenerativas, cardiovasculares, renales o, incluso tumores.
De hecho, una de las grandes ventajas que ofrece el análisis de datos es el de poder predecir o detectar enfermedades de manera temprana, lo que da como resultado unas tasas mayores de éxito en cuanto a su tratamiento. “Un ejemplo claro es en patologías como el cáncer, ya que como más rápido sea el diagnóstico, mejores serán las probabilidades de que el paciente pueda sobrevivir”, comenta Ruth Cuscó, directora gerente de ASHO, compañía líder en codificación sanitaria.
El análisis y procesamiento de imágenes médicas, como puedan ser las tomografías o resonancias, es una de las técnicas más desarrolladas, según el Libro Blanco sobre la IA aplicada a la salud, del Center of Innovation for Data Technology and Artificial Intelligence (CIDAI). De esta manera, se pueden detectar de manera mucho más rápida signos de enfermedades como un cáncer.
En este sentido, Cuscó destaca que “la IA puede analizar cantidades inimaginables de datos, imágenes o resultados de pruebas para detectar patrones que para un médico podría ser casi imposible de percibir”. Aun así, recuerda que “es necesario que los datos sean tratados de manera óptima, es decir, que sean precisos y completos, para poder tener resultados verdaderamente útiles para la salud de los pacientes”. Por eso, en ASHO consideran que la formación de profesionales en IA se convierte en un camino necesario.
Tratamientos individualizados
La codificación de los datos no solo permite una detección más temprana, sino que también puede mejorar los tratamientos. “Con la IA mejora la capacidad para personalizar los tratamientos que necesita cada paciente. Siguiendo el ejemplo del cáncer, cada paciente responde de una manera diferente a ellos. Si los personalizamos, la tasa de éxito aumenta de manera considerable”, afirma Cuscó.
Además de mejorar la eficacia de los tratamientos, también se minimizan los efectos secundarios y se mejora la recuperación. Por otro lado, la entrada de la IA en la medicina también se ha vuelto clave en la prevención de enfermedades, ya que mediante estudios y análisis genéticos se pueden detectar patrones que conllevan a ciertas enfermedades si no se toman medidas al respecto.
De hecho, una alerta precoz de infecciones o enfermedades, además de mejorar significativamente la calidad de vida de las personas, puede liberar espacios cruciales en los hospitales, como las UCI. “Esto no solo permite una atención más eficiente y oportuna para otros pacientes que lo necesiten, sino que también representa un retorno de inversión considerable para los centros de salud, optimizando los recursos y reduciendo los costos asociados a estadías y tratamientos más complejos”, subraya Cuscó. La alerta temprana, por tanto, se convierte en una estrategia doblemente beneficiosa: promueve la salud pública y mejora la gestión hospitalaria.