En Myanmar (la antigua Birmania) ha estallado un brote de malaria que es resistente a las vacunas y las curas existentes. Esta noticia, para ser más preocupante si cabe, empeora cuando sabemos que hay posibilidades que este brote inmune puede llegar al continente africano, en el cual se producen el 90% de las muertes por esta enfermedad. El riesgo, no cabe decirlo, es enorme.
Y es por ello que todos los esfuerzos para eliminarlo son pocos, un marco en el que es bienvenida la iniciativa de la NASA, que buscará aportar su granito de arena en este combate contra la malaria desde el espacio exterior, el terreno en el cual es experta la agencia espacial norteamericana.
Para modelar escenarios de combate a la malaria a partir de datos reales, los satélites de la agencia espacial estadounidense captarán imágenes y datos del terreno, material sobre el cual se aplicarán técnicas parecidas a las dedicadas a predecir los incendios forestales en los Estados Unidos.
Entre los datos que van a ser utilizados se cuentan la temperatura de la superficie, el contenido de agua en la atmósfera, la densidad de la vegetación, las aguas estancadas, o los lugares habitados.
Todos estos datos captados por los satélites se georeferenciarán y cruzarán con otros de índole socio-económica para obtener un mapa muy preciso de la zona que permita a los expertos predecir dónde van a surgir los brotes de la enfermedad.
La teoría que debería refutar esta investigación es que estos surgen principalmente en zonas que han sido deforestadas para tareas de minería u otro tipo, atrayendo a una gran cantidad de población emigrada fluctuante, que lleva consigo el parásito, el cual encuentra un caldo de cultivo perfecto para establecerse y proliferar.
Pese a que el equipo norteamericano encargado de llevar a cabo el proyecto está colaborando con el gobierno y las autoridades militares de Myanmar, estas últimas han puesto muchas trabas al trabajo efectivo del equipo científico, manteniendo un gran secretismo sobre los datos requeridos.
Ante esta circunstancia, es todavía una incógnita si, finalmente, este trascendental proyecto acabará llegando a buen puerto.