La profesionalización en cualquier tarea requiere experiencia y entrenamiento a lo largo del tiempo. Durante las últimas décadas se ha demostrado que la profesionalización en distintas áreas como la deportiva o la artística provocan diferencias en el comportamiento cerebral durante la ejecución de las actividades propias de la especialización.
Para detectar el efecto de la profesionalización audiovisual en el cerebro, un equipo de investigación de la Universitat Autònoma de Barcelona, el Instituto de Radio Televisión Española y la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla ha llevado a cabo un estudio, publicado en Frontiers in Systems Neuroscience, en el que presentan contenidos audiovisuales a un grupo de profesionales del medio audiovisual y a un grupo control, para registrar y analizar su actividad cerebral. El estudio aborda qué sucede en los profesionales cuando se enfrentan al visionado de obras audiovisuales, a través de una triple aproximación: la frecuencia de parpadeo, la actividad eléctrica cerebral y la conectividad funcional.
Los investigadores han encontrado que los cortes de plano tienen un mayor impacto en los profesionales del audiovisual provocándoles una disminución en la frecuencia de parpadeo, mientras que estos cortes no impactan del mismo modo en los no profesionales. Asimismo, se detecta que la experiencia de la profesionalización audiovisual tiene un mayor impacto en la actividad cerebral del ritmo mu en el área somatosensorial justo después del corte de plano. Los no profesionales del audiovisual muestran, a su vez, una causalidad de granger en términos de conectividad cerebral mucho más dispersa que los profesionales del medio que presentan una conectividad mucho más concisa en el córtex visual, el somatomotor y áreas cerebrales frontales.
Los vídeos y contenidos audiovisuales están llenos de cortes de plano que provocan una interrupción artificial del contenido narrativo. Las películas cuentan con decenas o cientos de cortes de plano, aunque, muchas veces, estos no son percibidos por los espectadores. Estudios previos de este mismo grupo de investigadores han mostrado que los cortes de plano tienen un impacto en el procesamiento visual de los espectadores. En este trabajo se analiza cómo ese impacto es diferente en los profesionales del audiovisual. Con ello, se entiende que la experiencia que otorga estar años produciendo y trabajando con contenidos audiovisuales provoca un impacto a largo plazo en el procesamiento de estos. A sabiendas de que la producción y el consumo de este tipo de contenidos está en aumento en la población general, es interesante conocer los efectos la percepción visual de estos puede tener en el cerebro.
La doctora Celia Andreu-Sánchez, la investigadora principal de este estudio, desde el grupo Neuro-Com de la Universitat Autònoma de Barcelona, considera que los resultados pueden tener interés para la neurociencia, ya que “conocer que pasar muchas horas frente a los audiovisuales, de una manera profesionalizada, impacta no solo en la percepción visual, sino también en el comportamiento de ritmos cerebrales como el mu, es sin duda de enorme interés científico. Estos resultados otorgan a la neurociencia una herramienta de trabajo importantísima: los audiovisuales. Sabemos que su consumo y producción profesional impacta en el comportamiento del cerebro, entonces parece plausible que el diseño de estrategias de consumo de videos pueda ser relevante en el ámbito de la investigación neurocientífica de diversa índole”.
El doctor Miguel Ángel Martín-Pascual, del Instituto de Radio Televisión Española y la Universitat Autònoma de Barcelona, también autor de esta investigación publicada en Frontiers in Systems Neuroscience, cree que estos resultados son de enorme importancia para el ámbito de la producción audiovisual profesional. Para Martín-Pascual, “conocer el impacto que la profesionalización audiovisual tiene sobre los profesionales es de vital importancia para desarrollar estrategias a largo plazo de salud laboral para este colectivo”.
Por su parte, José María Delgado, investigador de la División de Neurociencias de la UPO, apunta que “este estudio y otros similares realizados por nuestros dos grupos señalan la enorme cantidad de procesamiento inconsciente que tiene lugar en el cerebro (en particular en el de los no profesionales) durante el visionado de vídeos y películas, especialmente cuando el tipo de montaje presenta tomas de muy corta duración. Pero de alguna manera ese procesamiento inconsciente puede tener efecto, por ejemplo, sobre nuestro estado emocional: aunque no acabemos de percibir todos los planos del video si muestra interacciones agresivas, podemos llegar a detectarlas desde el punto de vista emocional”.
Este trabajo se ha desarrollado desde el grupo de investigación Neuro-Com Research Group de la Universitat Autònoma de Barcelona, el Instituto de Radio Televisión Española y la División de Neurociencias de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla. Ha sido ejecutado en el marco de ayudas públicas del Ministerio de Economía y Competitividad y de la Junta de Andalucía.
En esta investigación han participado profesionales de Radio Televisión Española (RTVE), coordinados por el Instituto RTVE. La investigación ha sido desarrollada por Celia Andreu-Sánchez, del grupo Neuro-Com del Departament de Comunicació Audiovisual i Publicitat, de la Universitat Autònoma de Barcelona; Miguel Ángel Martín-Pascual, del Instituto de Radio Televisión Española y del grupo Neuro-Com de la UAB; y por Agnès Gruart y José María Delgado-García, de la División de Neurociencias de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla.