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La tecnología ayuda a visitar virtualmente Afganistán

Escrito por Guillem Alsina el 13/09/2022 a las 09:01:30
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La toma del poder en Afganistán por segunda vez en veinte años por parte del movimiento integrista religioso de los talibán, ha provocado el exilio forzoso de muchos ciudadanos afganos que se habían opuesto a dicho régimen, habían luchado contra él, o se sienten en peligro de ser perseguidos por sus creencias, praxis política y, en muchos casos, por el mero hecho de ver recortados sus derechos humanos y civiles, como es el caso de muchas mujeres.


Fatima Haidari es una de estas mujeres que, tal y como cuenta el rotativo The National, se vio abocada al exilio por el simple hecho de ser guía turística, un pecado capital para los talibán. De hecho, Haidari era la única mujer que ejercía como guía turística en el país antes de que los talibán recuperaran el poder.


Uno de los principales problemas y motivo de desesperación de los refugiados de todas las guerras y persecuciones políticas de la historia, ha sido y es el de integrarse en las sociedades de acogida, así como el de encontrar trabajo para poder sustentarse sin depender exclusivamente de las ayudas gubernamentales. El de Fatima es un caso de uso de las nuevas tecnologías para superar dichos problemas.


Y es que la joven afgana sigue ejerciendo de guía turística de su país aunque, eso sí, de forma exclusivamente virtual. Considerando como está el país actualmente, tampoco es que la situación dé para visitarlo físicamente, por lo que la visita virtual parece una estupenda idea para seguir disfrutando de los encantos milenarios de Afganistán, pero sin perder horas en un avión, y de forma más barata.


Para ello, ha seguido trabajando con Untamed Borders, una agencia especializada en destinos poco convencionales.


Haidari se especializa en tours de su ciudad, Herat, situada al noroeste del país y que cuenta con encantos tan atractivos como su gran mezquita, de catorce siglos de antigüedad, su ciudadela, u otros más modernos aunque también con una dilatada historia a sus espaldas, como los bazares y las casas de té.


Naturalmente, y como buena guía turística, Haidari complementa los fríos (aunque siempre interesantes) datos sobre la ciudad, sus lugares y edificios, con las historias sobre el país, sus gentes, y su historia.


También describe a los visitantes virtuales la actual situación del país que, como se hace eco The National, ella misma describe como de infernal, especialmente en lo concerniente a la libertad de las mujeres o, más propiamente dicho, la falta de esta.


El precio de estos tours virtuales es de 60 dólares, y el dinero recaudado se destina a sufragar los costes de educación (libros, sueldos de profesores,...) de las niñas afganas, que tienen que buscar la educación que el gobierno talibán les niega en escuelas clandestinas.